Tres trabajadores petroleros fueron secuestrados el viernes por rebeldes izquierdistas en una región del noreste de Colombia, cerca de la frontera con Venezuela, en el más reciente incidente contra el sector que se enfrenta a una escalada de ataques de la guerrilla, informó la Policía Nacional.
Los trabajadores de nacionalidad colombiana y al servicio de una empresa contratista de la estadounidense Occidental Petroleum Corp fueron privados de la libertad por hombres armados que vestían uniformes camuflados cuando se desplazaban en un vehículo cerca al municipio de Arauquita, en el departamento de Arauca.
En la región en donde se produjo el secuestro tienen presencia guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN), considerados como organizaciones terroristas por Estados Unidos y la Unión Europea.
El comandante de la policía en el departamento de Arauca, coronel Wilson Bravo, atribuyó el secuestro al ELN, el segundo grupo guerrillero del país.
«Al parecer es otro hecho más del ELN como parte de su escalada terrorista», declaró el oficial a periodistas.
En la misma zona permanecen secuestrados por el ELN desde hace varias semanas tres trabajadores de una empresa que participa en la construcción del Oleoducto Bicentenario.
En el departamento de Arauca también se han cometido varios de los ataques de las últimas semanas que mantienen paralizado el bombeo de petróleo por el oleoducto Caño Limón-Coveñas, el segundo más importante de Colombia, y que transporta a diario unos 80.000 barriles de crudo.
Según fuentes de seguridad, las guerrillas de las FARC y del ELN lanzaron una ofensiva contra el sector petrolero, minero y energético, en una aparente estrategia para mostrar poder militar en momentos en que se han abierto negociaciones de paz.
El Gobierno del presidente Juan Manuel Santos mantiene conversaciones con las FARC en Cuba con las que busca poner fin a un conflicto interno de casi medio siglo que ha dejado más de 200.000 muertos, pero el proceso se cumple en medio de la confrontación.
Con el ELN Santos mantiene contactos como parte de su intención de iniciar un diálogo de paz separado al de las FARC.
Los dos grupos rebeldes aún mantienen la capacidad de realizar ataques y de afectar la infraestructura económica del país, pese a que han sido debilitados por más de una década de ofensiva militar apoyada por Estados Unidos en la que han muerto varios de sus comandantes.