Palavecino podrido

Ante la ausencia de una política eficaz en materia ambiental, y la absoluta irresponsabilidad del alcalde Richard Coroba para enfrentar el problema de la recolección de la basura, el municipio Palavecino está a las puertas de un brote epidemiológico de grandes proporciones. Los olores nauseabundos emanan a todo lo largo y ancho del municipio cual si se tratara de un cadáver en descomposición. Enormes promontorios de basura acumulada por semanas forman parte del nuevo ornato de la ciudad. Gusanos, moscas, cucarachas y roedores de diferentes tamaños pululan ante la indiferencia del señor Coroba, quien durante su mandato poco le ha importado la salud y el bienestar del pueblo. Indudablemente, el municipio Palavecino no ha tenido suerte con quienes lo han gerenciado en los últimos años, basta recordar para no ir tan lejos, la pésima gestión del binomio Aura-Toño Rivero, quienes a decir del propio alcalde supuestamente habrían dejado la Alcaldía en la carraplana. (Arrasaron con todo) a tal punto, que todavía los palavecinenses están esperando las cacareadas denuncias que al respecto iba a dar en rueda de prensa el señor Coroba.
Mientras la desidia se pasea alegremente por el pueblo, los habitantes de este olvidado terruño tienen que enfrentar el día a día no sólo sufriendo el hedor insoportable de los desechos, sino el de una gestión municipal pútrida, corrompida e ineficaz.
Es por ello, que en la cercanía de unas nuevas elecciones donde se van a elegir alcaldes y concejales es importante que los habitantes que conformamos la inmensa geografía del país, hagamos una profunda reflexión antes de emitir nuestro voto por alguno de los candidatos nominados, para evitar lamentarnos después de no haber hecho una buena elección.
Lo que está sucediendo actualmente con el problema de la recolección de la basura no tiene justificación alguna ya que la cancelación por este concepto se paga religiosamente con la factura del agua, la cual también Hidrolara suministra por cuentagotas.
La ausencia de buenos servicios básicos para el desarrollo de las actividades cotidianas se ha hecho una constante en todas las entidades del territorio nacional, desmejorando de manera abrupta la calidad de vida de todos los ciudadanos por igual. Ya es hora que los aspirantes de turno a ocupar cargos de poder público, entiendan de una vez por todas, que la función de todo gobernante  es la de servir al pueblo y no la de ir a estos cargos solamente a enriquecerse de manera grosera obviando sus verdaderas responsabilidades. Lamentablemente, el municipio Palavecino no ha sido la excepción de esta mala praxis gubernamental, razón para decir con toda responsabilidad que Palavecino está podrido.