Hastiados de promesas, reuniones, malos tratos y amenazas de desalojo, habitantes de las comunidades que ocupan el cono de seguridad del Aeropuerto Internacional de Barquisimeto tomaron ayer la sede de la Corporación de Desarrollo Jacinto Lara (Corpolara), a fin de obtener respuestas a sus reclamos por parte del presidente de esta instancia, Luis Reyes Reyes.
Desde la siete de la mañana, comenzaron a apostarse en el auditorio del recinto, con la firme intención de no abandonar el lugar “hasta que el comandante Reyes nos de la cara”. Aunque se dijo en primera instancia que se encontraba fuera del estado Lara, algunos de los presentes aseguraban haberlo visto salir en una camioneta.
“Tenemos cinco años habitando el mal llamado cono de seguridad y soportando promesas. Han pasado muchos procesos electorales, donde nos han utilizado para conseguirles votos y nunca nos resuelven nada”, expresó Carolina Carrasco, dirigente vecinal de la comunidad Dios con Nosotros.
“Ahora nos dicen que después de las próximas elecciones municipales nos van a reubicar, porque supuestamente no podemos estar ahí. ¿Como nos van a sacar de ahí, si la alcaldesa Amalia Sáez entregó dos casas en el sector, construidas a través del Ministerio de la Vivienda, y que se han mostrado con fines propagandísticos en más de una oportunidad?”.
Los ánimos se caldearon por la presencia de un nutrido contingente de la Guardia Nacional Bolivariana, que procedió a acordonar las instalaciones. Varios manifestantes denunciaron represión por parte de los funcionarios.
“Nosotros estamos haciendo una toma pacífica, pero la Guardia Nacional vino a reprimirnos”, señaló Carrasco, responsabilizando de las agresiones a un teniente de apellido Rivero. “Adentro del auditorio hay niños y mujeres embarazadas, pero eso no les importa”.
Rosiris Angulo fue una de las agredidas. “Estábamos en la segunda planta del edificio. Cuando iba bajando por las escaleras, un funcionario de la Guardia Nacional me empujó contra uno de los muros”, indicó, mostrando contusiones en su brazo izquierdo.
El candidato a la Alcaldía de Iribarren, mayor general Luis Bohórquez, acudió al sitio en horas del mediodía, con el propósito de escuchar a los manifestantes. Les pidió a los presentes que entendieran la necesidad de “conformar la verdadera unidad de los revolucionarios chavistas, de cara a la batalla del próximo 8 de diciembre. Entendemos sus necesidades, pero tenemos que mantenernos unidos”.
Neida López, dirigente de la comunidad Fidel Castro, interrumpió a Bohórquez para expresar que “tengo dos años en esta lucha. Ya estoy cansada de venir siempre para acá y que el comandante Reyes me vacile. Por eso hoy vino toda la comunidad, y nos vamos a quedar hasta que el propio Reyes nos de la cara, así tengamos que dormir aquí”.
“Reyes lo que ha hecho es intentar comprarme, hasta un apartamento equipado me ofreció para que abandone a la comunidad. Amalia Sáez en una ocasión nos dijo que nos cosiéramos la boca, y que ella nos iba a tumbar los ranchos cuando le diera la gana”.
Dirigiéndose a Bohórquez, la dirigente continuó: “Lo felicitamos por venir a dar la cara. pero queremos que así como usted lo hace para empaparse del tema y ganarse la silla en la Alcaldía, también nos respondan Reyes y Amalia Sáez. Reyes estaba aquí y se fue; no nos quiso atender”.
Por su parte, Bohórquez explicó que “el compromiso del comandante Reyes es atenderlos mañana (hoy) a las nueve de la mañana”. En tal sentido, ofreció autobuses para trasladar a los manifestantes hasta sus viviendas y buscarlos hoy a fin de llevarlos a la reunión en Corpolara.
Ante el planteamiento, los presentes rechazaron la oferta y decidieron persistir en su resolución de quedarse hasta ser atendidos por Luis Reyes Reyes.
Posteriormente, Bohórquez indicó que “hay un gran colectivo que ya consolidó esos espacios. Sin embargo, debemos reubicar un grupo de 25 familias que sobrepasaron los límites de seguridad”.
