Cuando la esclavitud se pone de moda

-

- Publicidad -

Si Martin Luther King resucitara probablemente le daría un infarto de la emoción de ver a un presidente negro en la Casa Blanca de los Estados Unidos. A él le debemos en buena parte que esto haya ocurrido. Quien haya visto la película “Lincoln” pensará lo mismo y agradecerá a esos grandes hombres los esfuerzos que hicieron, hasta dar su vida por una causa tan noble.
Pero si es verdad que abolimos la esclavitud física, el comercio de esclavos, el considerar a la persona como cosa, ahora estamos viviendo otra esclavitud, no sé si peor que aquella. Porque la de ahora es inconsciente, es manipuladora. Quien la sufre no se da cuenta de que la padece.
Es una manipulación ideológica que se manifiesta de muchas maneras, a cuál peor. El hedonismo es una de sus expresiones. Se le hace pensar al individuo que el valor máximo es el placer, pasarlo bien, evitar a toda costa el sufrimiento. La búsqueda incansable de la comodidad. La buena vida. Quedamos como narcotizados por la moda, por la bebida, por la comida, por el sexo desordenado, por la droga, por la explotación de los demás en mi beneficio, etc.
La educación de los hijos tiene un solo mandamiento: darles todo aquello que yo no tuve, evitarles el esfuerzo, el descuido personal, la falta de pudor, esclavos de la moda en las costumbres, en el vestir, pisar a quien sea necesario para obtener lo que quiero. Los hijos salen blandos, frágiles y flojos como suspiros. No conocen el sudor del trabajo porque nada les cuesta.
Y eso es una esclavitud. Porque el desarrollo de la informática y la tecnología en general, siendo cosas buenas en sí mismas, se transforman en tiranos sin los que no se puede vivir. Se rompe el diálogo en familia, porque se vive pendiente del aparato, llámese celular, tableta o blue ray.
La familia está recibiendo un ataque frontal. Ha perdido consistencia el matrimonio. Ahora se habla de “pareja” palabra traicionera que le quita solidez al hogar. Se ataca la naturaleza de las cosas y de las personas. Unos no quieren tener hijos porque les molestan los sacrificios que deberán realizar para educarlos, otros los quieren tener a costa de lo que sea, entonces son hijos prefabricados. De laboratorio. No del amor de sus padres, sino de una ciencia inhumana. A los viejos se les recluye donde no molesten. Se olvida aquel refrán japonés que dice que cuando muere un viejo es como si se incendiara una biblioteca.
De modo que no hemos abolido la esclavitud, sino que la hemos sustituido por otra. De otro signo, que esclaviza más. Se fomentan los vicios, se desvalorizan las virtudes. Se entroniza el dinero, se exalta la pornografía. Es todo un panorama anestesiante del espíritu.
Como siempre el mal hay que combatirlo con abundancia de bien. Ambos atraen pero el bien tiene una ventaja sobre el mal: produce tranquilidad de conciencia, sosiego, felicidad. El mal produce remordimiento. No llena, sino que, al contrario, vacía.
Hagamos el esfuerzo. Llenemos a nuestros hijos de ideales. Que sepan darle un sentido al vivir, que sean valientes y sepan decir que no, cuando hay que decir que no. Pero en esto, hemos de ir por delante con el ejemplo. Que nuestra vida sea para ellos el mejor de los espejos.
Que sean auténticos porque somos auténticos, que sean sinceros porque somos sinceros, que sean fieles porque somos fieles, que amen a Dios porque amamos a Dios. Es todo un reto que vale la pena.

[email protected]
@oswaldopulgar

- Publicidad -

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

VIDEO | Familiares de presos políticos denuncian aislamiento y violaciones a los derechos humanos en El Helicoide #19Nov

Familiares de varios presos políticos recluidos en el centro de detención del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), conocido como El Helicoide, denunciaron este martes las condiciones extremas de aislamiento y la falta de acceso a visitas y contacto con los abogados de confianza.
- Publicidad -
- Publicidad -