Reflexiones en positivo
Estoy de acuerdo con que uno es el único responsable de su felicidad, no tengo la menor duda que con la mente positiva, igualdad de pensamiento y con un optimismo incalculable materia indispensable para obtener logros que lo mantengan feliz, contento, con proyectos que le revoletean en la mente, sin pensar jamás en el fracaso, siempre y cuando se haga un inventario recordando las tantas cosas buenas que le han pasado y dejar en el olvido las malas para que no sirvan de anclaje al pasado, recordemos siempre que lo que pasó ni Dios lo puede remediar, el tiempo es un factor muy valioso para invertirlo en lo que no tiene remedio, en vez de avanzar hacia un mejor futuro en busca de una estadía en este mundo sobrecargado de amor y hambre de servir, de ser útil y no en busca de recompensa por las obligaciones o tareas puestas por Dios, ser agradecidos por tan dignas tareas que no todos tenemos el privilegio de que se nos asigne, recordemos un mensaje que nos dejó la Madre Teresa de Calcuta: “Iba ella a salir a realizar sus obligaciones cotidianas y al ponerse las zapatillas le rogaba a Dios para que le indicara a las zapatillas que la condujeran a todos los sitios donde ella pudiese hacer el bien”; esto es digno de imitar aunque sea en una milésima parte de estas dignas personas que Dios envía a la tierra.
Admiro a George Bernard Shaw, 1856-1950: “Quiero haber sido bien utilizado cuando muera, puesto que cuanto más duro trabajo más vivo me siento, disfruto de la vida en si mismo, la vida no es para mi una breve llama, es como una magnífica antorcha que ahora sostengo en mis manos que deseo que arda en todo su esplendor antes de entregársela a las generaciones futuras”.
Todo venezolano o residente que ponga una buena parte de la mente en la antorcha de mi citado, tendríamos un país de primer mundo lleno de grandes obras ilustres y nos mantendríamos con una mente fija en la creatividad para producir alimentos, auto abastecernos y exportar, combatiendo el problema de la delincuencia con generación de trabajo e invertir en la educación y si es posible hacer una ley donde todos estén motivados a estudiar, a ser un buen profesional como un valor agregado al país, cambiar el odio por el amor, la desobediencia por convivencia, la ignorancia por sabiduría, la honestidad por convicción, la soberbia por tolerancia, el rencor por perdón, la inoperancia por creatividad, si cada uno de los habitantes de este patria usáramos un poco del poder de la voluntad, estas pretensiones se realizarían sin la mayor dificultad y aprenderíamos a intercambiar ideas por insultos y otro gallo cantaría si lo logramos.
Me viene nuevamente a la mente George Bernard Shaw cuando dijo en una entrevista: “Si él hubiese sabido que los nietos se querían tanto no hubiese tenido hijos”. En lo personal comparto ciento por ciento el mensaje de este pensador por ser abuelo de más de una docena de nietos y me siento muy contento cuando los enumero de mayor a menor, para mi es lo mejor que le puede pasar a un padre, relevar y mejorar la producción amarlos y admirarlos y que sean una parte de la solución o un valor agregado al país y no parte del problema esa es mi gran satisfacción, pido disculpa a mis lectores por estar fanfarroneando y por haber sido bendecido con este incuantificable valor a parte que: gracias a Dios entre hijos y nietos ya son casi veinte profesionales de primera línea, orgullosos de quienes fueron sus profesores y aun falta unos cuantos que en nombre de Dios, pronto serán profesionales universitarios de primera, que vienen con mucho amor a luchar por el país, a producir aquí, a generar aquí con honestidad en beneficio de la patria, nada de inmigrar, si nuestro país es tan bello, aunque tenemos en este momento un poco de desorden pero estoy seguro que en el camino se enderezan las cargas.
En estas Reflexiones me siento estimulado, fortalecido, contento, feliz, gracias a mis hijos y nietos, tengo una mención especial a mis hijos: Daniel Horacio Mendoza Rodríguez y Andrés Ignacio Mendoza Rodríguez, quienes culminaron sus estudios universitarios con honores, a ellos les digo que me siento muy feliz y ruego a Dios que les ilumine sus propósitos, sus sueños y metas por realizar, ellos no quieren celebrar pero yo sí, a mi nieto Gerardo José Mendoza Lugo, estudioso y sobresaliente en sus tareas por fuerte que sea, a mi nieta Daniela Ceballo Mendoza, quien salió por la puerta grande de sus estudios universitarios, ahora una cotizada profesional que me llena de orgullo, a mi consentida María de los Ángeles Mendoza Lugo, linda jovencita profesional de primera línea, que ha sido para mi un estimulo ya que me brinda mucho cariño y me da fuerza para luchar, sabemos que podemos vivir sin dinero pero no podemos vivir sin amor, gracia a Dios, tengo en abundancia, a mi nieto: Luis Miguel Gómez Mendoza, a quien veo poco pero lo quiero igual, no tengo duda de su profesionalismo y es un hombre de alante.
Mil gracias a nuestro Diario El IMPULSO, con quien aprendí a leer y estudiar, mi eterno agradecimiento, esto hace seis décadas y todavía estoy estudiando y esta a la vista lo que mi gran maestro El Impulso me enseño, por ello estoy ciento por ciento al lado de este Diario cualquiera que sea su circunstancia, mi agradecimiento a ustedes que fueron parte de mi formación.
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