Los cancilleres de Venezuela y de Guyana conversan este jueves sobre su añeja disputa territorial de la Guyana Esequiba, a raíz del incidente de un barco petrolero detenido en costas venezolanas, un diferendo que, según diplomáticos, el gobierno de Nicolás Maduro no sabe cómo abordar.
El venezolano Elías Jaua y la guyanesa Carolyn Rodrigues-Birkett se entrevistarán en Puerto España para «aclarar» el incidente diplomático luego de que el pasado viernes la Marina militar de Venezuela detuvo al buque de investigación sísmica Teknik Perdana, que buscaba petróleo en una concesión «offshore» de Guyana a la petrolera estadounidense Anadarko.
La disputa entre ambos países se centra en un viejo reclamo del territorio de Esequiba que se originó en un laudo arbitral en París a finales del siglo XIX, que concedió la soberanía a Guyana y que Venezuela siempre ha cuestionado.
En 1966, en un acuerdo previo a la independencia guyanesa de Gran Bretaña, el reclamo fue llevado a negociaciones según la carta de las Naciones Unidas.
La zona del «Esequiba», un territorio rico en recursos minerales y bosques, abarca unos 159.500 km2 en la frontera entre ambos países y que delimita además una zona marítima abundante en recursos energéticos.
«Lo que ocurrió es completamente diferente, porque el buque no fue apresado en la zona de reclamación sino lo que corresponde a la plataforma continental que se origina en el Delta del Orinoco y en el Tamacuro (este de Venezuela) cuya zona económica exclusiva ya fue delimitada» como venezolana, explicó a la AFP Emilio Figueredo, quien fue representante ante la ONU y negociador en este diferendo.
Guyana emitió una nota diplomática de protesta tras la detención del petrolero, cuya tripulación era estadounidense y ya fue liberada, mientras que Venezuela respondió con un comunicado que la nave estaba dentro de su «espacio marítimo» realizando «actividades ilícitas», por lo que fue detenido por la Marina militar.
El martes, el gobierno venezolano informó que una segunda nave, un buque pesquero de Trinidad, fue detenido tras ingresar en aguas venezolanas y fue conducido a un puerto en Sucre (noreste), sin que se conozcan más detalles del caso.
Diferendo territorial ideologizado
El exvicecanciller venezolano Milos Alcalay, quien coincide en que la detención del petrolero fue dentro aguas venezolanas y no en la zona en disputa, lamenta que a la «dura nota de protesta» de Georgetown el gobierno de Caracas haya respondido con un comunicado de prensa cuando fue la soberanía de Venezuela la que fue violada.
El gobierno «ha descuidado el trabajo diplomático, han desnaturalizado y han caricaturizado los esfuerzos en las reivindicaciones fronterizas. Las han tratado de ideologizar, diciendo que esto es resultado del ‘imperialismo’. Es preocupante este enfoque ‘simplista’ de los problemas fronterizos», comentó el ex vicecanciller.
Tanto Alcalay como Figueredo reconocen que al llegar al poder el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) tuvo posiciones «fuertes» sobre los diferendos fronterizos de Venezuela, pero que tras la intentona golpista de 2002 y la profundización del modelo socialista se ha privilegiado un discurso ideológico, línea seguida por el presidente Maduro.
«A partir de 2004, cuando Chávez buscó el respaldo de la Caricom (Comunidad del Caribe) en la OEA, decidió hacer una serie de concesiones, empezó a descalificar la reclamación y a permitir que se hicieran inversiones en el territorio en reclamación, pero no suspendió el procedimiento» diplomático de negociación, pero no ha avanzado, indica Figueredo.
Ambos diplomáticos esperan pocos resultados del encuentro de Jaua y Rodrigues-Birkett porque, señala Figueredo, el gobierno de Maduro «no sabe muy bien qué hacer», mientras que Alcalay subraya que la cancillería no ha procurado reunir información ni opiniones de los funcionarios venezolanos que han participado en negociaciones anteriores.
Figueredo advierte que la falta de una reacción firme en el terreno diploámtico podría perjudicar al momento de resolver el diferendo en instancias internacionales.
«Es lo que en derecho internacional se conoce como ‘estoppel’: si un país tiene ciertas pretensiones sobre un territorio, y hay una serie de actos y no son rechazados por el país afectado, el derecho internacional llega a considerar que se hace una aquiesencia. En castellano sencillo: el que calla otorga».