La necesidad más apremiante es la reparación del sistema de aire acondicionado.
Diversas áreas del Hospital Central Antonio María Pineda han recibido atención en los últimos años, en forma de rehabilitaciones o dotaciones. Sin embargo, algunas aún esperan por inversiones que permitan solventar sus problemas puntuales.
Es el caso del Servicio de Traumatología del principal centro asistencial del estado Lara, donde existen diversas carencias que ameritan ser abordadas con prontitud, a fin de garantizar un servicio de calidad a los usuarios.
El doctor Antonio Vargas, jefe encargado de la dependencia, expresó que Traumatología, como todas las áreas del hospital, sufre las consecuencias de la excesiva afluencia de pacientes provenientes de toda la región centroccidental. “En una mañana, podemos atender más de 200 personas”.
Indicó que “la necesidad más apremiante que tenemos en este momento en el área de consulta, es que nos arreglen el sistema de aire acondicionado. No es sólo por un asunto de comodidad, sino porque realizar una cura en un ambiente tan caluroso, puede devenir en una infección”.
“Aquí llegan muchos ancianos. Una persona de 60 o 70 años que tenga que permanecer en una sala de espera con tanto calor, puede descompensarse o sufrir una baja de tensión”.
Sobre la dotación de insumos, Vargas señaló que, si bien se agotan rápidamente por la gran cantidad de pacientes que se atienden, el suministro es relativamente constante.
Intervenciones quirúrgicas
Según manifestó Vargas, la situación de las intervenciones quirúrgicas de traumatología ha mejorado paulatinamente en los últimos meses.
“No estamos en una condición óptima, pero al menos estamos operando. Se nos están asignando con regularidad espacios en la programación de los quirófanos en las tardes.
Esto nos permite ir dando respuesta a quienes esperan por ser intervenidos”, dijo.
Explicó que “algunos pacientes demoran en la lista de espera porque requieren adquirir material de osteosíntesis, como placas, tornillos, clavos o fijadores externos, que pueden resultar muy costosos. En otros casos, los traumatismos pueden ser muy graves o de alta energía, y se debe esperar a que se compensen para poder operarlos”.
Otras necesidades
Vargas apuntó que, además de la reparación “urgente” del aire acondicionado, necesitan ser dotados de equipos y materiales de oficina, como computadoras, papel y cartuchos de tinta, a fin de poder elaborar los informes de los pacientes. Indicó además que “hemos enviado a la Dirección de Salud una lista de diversos materiales instrumentales que nos hacen falta”.
En un recorrido por las áreas que integran el Servicio de Traumatología, el equipo reporteril de EL IMPULSO pudo constatar que muchas lámparas ameritan sustitución o reposición. Asimismo, se pudo observar que el registro de ingreso de los pacientes se hace en una máquina de escribir, y varias cajas de cartón ofician como papeleras.