Un examen de sangre experimental ha demostrado ser prometedor para la detección de cáncer de pulmón en su etapa inicial, y podría ser un instrumento de diagnóstico más preciso que los escáneres y las biopsias invasivas, dijeron el miércoles investigadores.
Sólo uno de cada cinco pacientes sometidos a una operación o biopsia de una pequeña masa pulmonar detectada durante un escáner de tomografía computarizada (TC) podría tener realmente cáncer, y los expertos afirman que hay una gran necesidad de una tecnología mejor.
«Teniendo en cuenta que los oncólogos recurren frecuentemente a biopsias e intervenciones quirúrgicas que comportan riesgos para determinar la naturaleza de una lesión, hay necesidad de (métodos de) diagnóstico que premitan evitar estos procedimientos», señaló el neumólogo Kenneth Fang, responsable de la división médica de Integrated Diagnostics (Indi), el laboratorio estadounidense que patentó el test y coautor del estudio.
El cáncer de pulmón, el más común en el mundo y uno de los más peligrosos, acaba con la vida de 1,3 millones de personas cada año según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El tabaquismo es la principal causa.
La prueba experimental, descrita en un estudio en la revista Science Translational Medicine, se aplicó en 143 pacientes en tres lugares diferentes de Estados Unidos.
Todos los pacientes tenían pequeñas masas llamadas nódulos en sus pulmones. Algunos de ellos presentaban un cáncer en estadio 1, en otros casos se trataba de tumores benignos.
A partir de la identificación de 13 proteínas en el plasma, el test pudo determinar de forma precisa si los nódulos eran benignos en un 90% de los casos. La prueba se apoyoa en la bioinformática, que permite analizar de forma simultánea 371 potenciales marcadores de cáncer de pulmón.
Prevén versión comercial en Estados Unidos este año
«El estudio sugiere que es posible detectar la firma molecular del cáncer de pulmón al medir la presencia de múltiples proteínas en la sangre de un paciente», explica Paul Kerney, responsable científico de Indi y uno de los principales autores del estudio.
Los investigadores a cargo del proyecto proceden del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania y el Centro Médico de la Universidad Vanderbilt.
«Los médicos que tratan estos casos tienen a menudo muchas dificultades para decidir los pasos a seguir tras haber detectado un nódulo en el pulmón de un paciente, vista la dificultad de saber si esta lesión presenta o no un riesgo de ser cancerosa», afirma Fang.
Un portavoz de la compañía declaró a la AFP que una versión comercial del test debería estar disponible en Estados Unidos este año. Su precio aún no ha sido determinado, dijo.
Los nódulos de pulmón suelen medir entre cinco y 25 milímetros de largo; los más grandes tienen más posibilidades de ser cancerosos que los más pequeños.
El procedimiento estándar de tratamiento actual implica comparar los rayos X de tórax con los escáner de TC a lo largo del tiempo, y realizar una biopsia en caso de sospecha de cáncer.
«Este trabajo no es más que un comienzo pero los principios en los que se basa esta tecnología de diagnóstico deberían poder ser aplicados a otros cánceres y patologías», concluye Fang, abriendo el camino a potenciales aplicaciones en el futuro.