Mayoritariamente la población atribuye todos los problemas que han originado crisis política y económica al jefe del Ejecutivo Nacional, Nicolás Maduro y éste, al no tener respuestas, se las endosa a un solo enemigo: el imperialismo yanqui y por mampuesto a la oposición.
Ya no son iguanas, papagayos y otros elementos los culpables de los apagones, sino los saboteos. La escasez de alimentos y el alto costo de la vida no se debe a políticas erradas sino a la especulación, el acaparamiento y la voracidad de los empresarios. La delincuencia, con su carga de violencia y muertes, nada tiene que ver con los erráticos planes de seguridad, sino que es una sensación de inseguridad creada por los medios de comunicación social. Y, en fin, todas las dificultades por las cuales atraviesa la mayoría de la gente prácticamente, es culpa de ésta y no de los conductores del proceso revolucionario”.
-¿Por qué el Gobierno quiere dar la idea de que la oposición lo tiene acorralado y él está indefenso, sin poder hacer nada?
El politólogo y profesor universitario Piero Trepiccione explica: “En el manejo de opinión pública existe una regla de la propaganda política que se conoce como la regla de la transfusión”, explica.
Los niveles de evaluación positiva sobre Hugo Chávez siempre estuvieron por encima del 50 por ciento. Al difunto le resbalaban los problemas; pero, ahora se le atrtibuyen al heredero y no a ministros, presidentes de organismos y otros. Esto es lo que se conoce como la “asignación de responsabilidades”,
Chávez tuvo la ventaja del llamado “efecto teflón”: porcentajes minoritarios le asignaban la responsabilidad sobre los problemas que aquejaban a la población, como por ejemplo, la inseguridad. No se culpaba a Chávez, ni al Gobierno, sino que había una responsabilidad diluida.
Ese efecto teflón se ha diluido y las responsabilidades sobre la inseguridad, la economía y otros problemas se le están atribuyendo directamente a Maduro.
Los grandes asesores del marketing del jefe del gobierno usan la “regla de la transfusión”. De esta forma tratan de echarle la culpa a otros, es decir tratar de recuperar la ofensiva comunicacional perdida, indica Trepiccione. La ha perdido porque la opinión pública lo está evaluando.
