Hay una Venezuela que me mata… Frente a ella, se yergue incólume la que me ata.
Cuando entré al camerino a abrazar al director Joshua Dos Santos, tuve el honor de conocer a sus padres y a otros miembros de su familia. Habían venido desde Valencia a acompañar, aupar y a aplaudir a su hijo, quien acababa de dirigir un impecable concierto en homenaje a los 200 años del nacimiento de Verdi.
El inolvidable concierto comenzó con la obertura de “La forza del destino”. Luego escuchamos tres partes de Rigoletto, una de las obras más interpretadas de Verdi (para mí es sencillamente perfecta) donde escuchamos al primero de los solistas de esa tarde: Leiker López, integrante del Coro Simón Bolívar, quien nos cautivó con su voz profunda y aterciopelada. Me comentaría más tarde Margot Parés Reyna, profesora de canto, que están entrenando a los muchachos como solistas.
De la Obertura de “I Vespri Siciliani” pasamos al coro de los gitanos de “Il Trovatore”, en el que los muchachos derrocharon maestría en el canto. De ahí a la “Marcha triunfal” de Aída. Las voces resonaron en el “Gloria all Egitto” y los instrumentos –sobre todo los de viento- interpretaron de manera magistral una de las piezas para coro más conocidas del mundo operático.
De ahí pasamos a “La Traviata” donde tuve la gratísima sorpresa de escuchar por primera vez a Deborah Briceño interpretando a Violeta y a Jesús Herrera como Alfredo. Magníficos ambos. Él me cautivó particularmente por su hermosa y afinada voz de tenor lírico. Su timbre me recordó al de Juan Diego Flórez.
Para finalizar, “Nabucco”: la Obertura y el “Va, pensiero”, coreado por algunos asistentes en el “encore”, entre ellos un muy entusiasmado Paolo Serpi, Embajador de Italia, quien estaba sentado con su esposa Gabriela justo detrás de mí.
Esos conciertos se me han convertido en una especie de oxígeno… los necesito para seguir viviendo, para seguir soñando, para seguir creyendo en Venezuela. El Sistema de Orquestas es la luz al fondo del túnel de un país que es el túnel al fondo de la luz. Yo no me he ido de Venezuela porque el Sistema me tiene atornillada aquí: me llena de alegría, de esperanza, me hace creer que sí se puede ser de otra manera.
La ignorancia conoce solo el camino de la oscuridad. El Sistema ha iluminado almas, cambiado vidas, promovido sueños. El Sistema es el país frente al anti-país. Por eso creo fervientemente en sus métodos, lineamientos y prácticas. Por eso levanto mi voz para defenderlo cada vez que critican al Maestro Abreu. Por eso, como ahora, la levanto también para alabar los resultados.
¡Cuánto trabajo, cuánta mística, cuánto sacrificio hay detrás de cada pieza ejecutada e interpretada impecablemente por esos jóvenes maestros! ¡Cuánta dedicación, entusiasmo y confianza hay en la búsqueda continua de la excelencia! Es el país que podemos ser… si queremos…
La diferencia entre la civilización y la barbarie dependerá solo de la voluntad de querer o no querer hacerlo. La gente que se esfuerza y trabaja por alcanzar sus metas frente a quienes se quedan vegetando, viviendo de la caridad de los vecinos, mientras llega el gobierno, para meterse bajo su ala. Parásitos profesionales, esperando que les resuelvan todo. ¡Dios, cómo desprecio la mediocridad!
Quien cree que puede, puede, si echa mano de todas las técnicas y herramientas para hacer las cosas bien. Quien cree que no puede, sencillamente no puede.
Volví a la vida bajo la batuta de Joshua, las melodías de los jóvenes maestros de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, del Coro Simón Bolívar y sus solistas, jóvenes talentosos emanados del seno del coro de Lourdes Sánchez y Margot Parés-Reyna.
Me funciona: paso una semana –hasta que voy al siguiente concierto- hipnotizada por el país posible, el de la excelencia, el orden, la honestidad, la solidaridad, el trabajo, la puntualidad, la responsabilidad… todo lo que no se encuentra afuera y me digo “cada vez más el proyecto del Maestro Abreu se expande. Estamos cambiando al país poco a poco”. Y soy feliz soñando con que la Venezuela que quiero se está construyendo en los núcleos y centros de El Sistema.
@cjaimesb