Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia rechazaron el domingo tener responsabilidad en el ritmo de las conversaciones de paz que sostienen con el gobierno colombiano y especificaron que no se acordó un plazo para finalizar.
“Consideramos que el problema de la paz, la consecución de la paz es algo que merece todo el tiempo necesario… resolver un conflicto que lleva más de 50 años no es sencillo», expresó a la prensa Marco León Calarcá, delegado rebelde cuyo verdadero nombre es Luis Alberto Albán.
“No hay ningún compromiso bilateral, ni en el acuerdo general, ni entre las delegaciones, que ponga un plazo fijo para el término del diálogo», agregó.
Calarcá respondió algunas preguntas de los periodistas antes de entrar a la última sesión de trabajo del presente ciclo, durante el cual ambas delegaciones abordaron el segundo punto de la agenda sobre la participación política.
En declaraciones el sábado, el gobierno de Juan Manuel Santos responsabilizó a las FARC de alargar las conversaciones de paz y le pidió a la guerrilla avanzar con más celeridad y demostrar con hechos su voluntad de lograr un acuerdo que termine con el conflicto.
En nombre de la confidencialidad acordada por ambas partes, Calarcá no quiso ofrecer detalles sobre eventuales trabas que impidan concretar un acuerdo sobre la participación política y rechazó responsabilidad de las FARC al respecto.
“La pregunta insinúa que el dialogo está trabado por responsabilidad de las FARC, lo cual no es cierto», manifestó. «Estamos avanzando… necesitamos construir las bases sólidas de la paz que nos permitan visionar el nuevo país».
La delegación del gobierno encabezada por Humberto De La Calle entró a la sesión de trabajo sin hacer declaraciones a la prensa.
En junio pasado se firmó un acuerdo sobre el tema agrario. Desde entonces se comenzó a hablar de la participación política, segundo punto de la agenda acordada que incluye temas como las víctimas y los cultivos ilícitos, entre otros.
Con el aval de Cuba, Noruega, Venezuela y Chile, el diálogo de paz se inició primero en Oslo en 2012 para luego trasladarse a La Habana desde fines de ese año. No hay una fecha fija para su conclusión.
Las FARC son la guerrilla activa más antigua del continente y cuentan con unos 9.000 miembros, según algunos analistas.