“Supongamos que en este mundo, magia significara vida y arte significara hombre, entonces la magia del arte significaría la vida del hombre”. De esta manera, Roberto Guida describe su pasión por la plástica en el libro ¿Cómo piensa un artista?
Cerca de la plástica desde la infancia, Guida decidió vivir del arte cuando era un adulto, hace 16 años. Lo abandonó todo y comenzó de cero.
Viajó a Italia, la tierra de su familia, para instalarse en Milán y estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Brera. Desde entonces no se ha apartado de la creación.
Trino Orozco fue su primer maestro. Luego llegaron Manuel Azuaje y Armando Villalón.
El actual coordinador de Artes Plásticas en el Decanato de las Ciencias de la Salud en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, guarda numerosos lauros y distinciones nacionales e internacionales.
Con una carrera admirable, deja atrás sus hermosas marinas para llevar al lienzo y las tres dimensiones llamativas bicicletas.
Celífero se bautiza la serie que será inaugurada mañana en el Ateneo de Barquisimeto, a las 10.30 a.m.
Las bicicletas antiguas, de reparto, de los años 50, de pedal y de engranaje están ganadas en el último experimento del artífice que ha fijado su mirada en motivos más universales, para seguir surcando las fronteras, con la bandera de Lara en alto.
Serie genuina
Gracias a Celífero, Guida se redescubre en la plástica. Alcanzó su paz interior.
Las nuevas obras conducen a un viaje por el mundo y sus épocas a través de la bicicleta en sus mil y un versiones, adelantó hace un par de meses el artífice.
Continúa en los predios de la figuración, luego de sumar algunos íconos de la abstracción. Su última serie promete itinerar por Venezuela y el mundo, sin orden específico.
-Pasa de la escultura a la pintura ¿qué lo motivó a dar el “salto”?
– Todos los días trato de evolucionar. No soy la misma persona todo el tiempo. Es difícil para mí, como escultor, dar el salto a la pintura. Yo veía al mundo de manera tridimensional, pero he aprendido a manejar mi obra.
En mis diferentes etapas ha estado presente la pasión por la pintura. Aunque de niño, cuando estaba en la Casa de Arte Infantil Julio Teodoro Arze, no me sentía tan cómodo con la pintura, prefería la plastina.
-¿Por qué la bicicleta?
-Cuando abordé el tema encontré en las bicicletas muchas posibilidades, son universales. No quería ser un artista larense o venezolano solamente.
La bicicleta está en mi vida desde niño. Las conocí, las compré, me caí de ellas. Todavía las extraño. Recuerdo tanto esos detalles y vivencias, que me vuelvo nostálgico.
La obra es flexible y pensada. Se parece mucho a mí, soy fuerte, mecánico, alegre, nostálgico y geométrico.
Me siento cómodo con este tema. Gozo, disfruto, me desahogo, quedo calmado, conforme, en paz. Son muchos sentimientos.
-¿Qué encontraremos en Celífero?
-Celífero es la conjugación de todo lo que representa la bicicleta. Hay tantas por dibujar que se hace inagotable.
Los fondos son propios, pero los elementos son universales. Hay triángulos, círculos, cuadrados, rayas. Y los arabescos son el toque personal. Incorporo bicicletas reales, inexistentes.
Quise ser gestual y hasta las marcas de los lápices lo son. No hay nada correcto, es así como mi firma.
-¿Cuáles son los materiales y técnicas que emplea?
-Es técnica mixta. He trabajado con carboncillo, pintura al frío, acrílico y cera especial en los cuadros. Las esculturas son de hierro, de ahora en adelante usaré este material.
-¿Y los colores?
-Estoy jugando con todos los colores. Busco que la obra sea viva… que deje sin aliento.
Existe un orden. Por ejemplo, el anaranjado complementa al azul, el blanco y negro son neutrales y el amarillo, que quizás sea el color que choca, se degrada del anaranjado. También hay tonos bajos que se escapan, como el rojo.
Maestría y vanguardia
Para el presidente de la Fundación Nuevo Joven, José Gregorio Gómez, la serie Celífero acentúa el vanguardismo figurativo, y abstracto, de Guida. Logra pulcros acabados con el color y la textura, indicó.
“Las obras son el producto de la reflexión del artista que estudió el origen y la evolución de la bicicleta, elemento principal de sus creaciones, que plasma en un fondo gestual, texturizado y muy matizado; con el sello personal de su maestría”.
El artista Pablo Quintero Rodriguez escribió que Celífero es una serie acertada que lleva al lienzo la connotación artística de la bicicleta como ícono.
Lleva su obra con “estilo cromático, representación de planos temporales, profundidad bien definida y ubicación en el espacio”.
Distinción a la cultura
La inauguración de Celífero coincide con el aniversario de la Fundación Nuevo Joven. Y para celebrar sus 24 años, otorgará 12 reconocimientos, a valiosos artistas plásticos, cantantes, escritores y promotores culturales.
Serán distinguidos con el Botón Honor al mérito: Ana Teresa de Ovalles, Roberto Guida, Alirio Echeverría, Bernardo Nieves, Gerardo Pérez Andrade, Víctor Urdaneta, José Da Silva, José Malaquías Aranguren, Frank Falcón, Ángel Alvarado, Adriana Montilla y Arvis Canelón.
La Fundación Nuevo Joven ha hecho de las condecoraciones su tradición. Cada año rinden homenaje a personalidades de la región que cultivan valores a través de las artes.
José Gregorio Gómez preside la institución.
“La Fundación Nuevo Joven ha sabido interpretar el conglomerado larense, tierra productora de ilustres científicos, literatos y creadores que le dan luz a nuestro gentilicio, propiciando espacios para el encuentro de los artistas y los amantes del arte, contribuyendo desinteresadamente para la realización de estos que nos identifican como ciudadanos útiles y ejemplos para las nuevas generaciones futuras”.