Ya las viejas campanas del templo de San Francisco de Asís, no suenan. Tampoco sirve su reloj. Quedó estacionado a las once y cincuenta y cinco, como delatando su protesta.
Vecinos de la plaza Lara señalan que el reloj se deterioró luego que el párroco de la iglesia ordenara detenerlo por las insistentes quejas generadas por el excesivo ruido de las campanas.
Otros aseguran que se dañó primero la máquina del reloj lo que produjo que las campanas dejaran de “cantar”.
Las hipótesis no pudieron ser confirmadas por ausencia de la fuente primaria, aun cuando EL IMPULSO hizo esfuerzos para conseguir la información.
El mecanismo atestado de óxido y estiércol de aves, da cuenta de su paralización. Las agujas de madera, a punto de desprenderse por el olvido, configuran una escena macabra de la desidia.
Las robustas campanas detenidas como testigos de la historia de la ciudad y los grandes acontecimientos, parecieran esperar mejores tiempos.
El campanario espera por la acción gubernamental y la advertencia temprana de la feligresía.
Barquisimeto añora el sonido metálico de los dobles de las campanas, que son patrimonio de la ciudad. Su muerte temprana dolería más que el propio recuerdo.
De larga data
Iván Brito López, cronista no oficial de Barquisimeto, apunta que el reloj fue instalado en el campanario de la iglesia en 1884, aproximadamente.
“Esto formó parte de las obras que se ejecutaron en Barquisimeto en el periodo de Guzmán Blanco, cuando Jacinto Fabricio Lara gobernaba la ciudad y seguido por Aquilino Juares”, atestigua. Por otra parte, Ricardo Valecillo, cronista de la parroquia Catedral, reseña que el reloj se instaló en 1888, cuando se construyó la torre campanario.
Catedral de Barquisimeto
La antigua Catedral se inauguró en 1865, permaneciendo con esa categoría hasta 1869.
Por muchos años estuvo cerrada por daños ocasionados por terremotos o reparaciones largas efectuadas en su interior.
Como resultado del terremoto de EL Tocuyo en 1950, obligó a realizar la última refacción de consideración.
Del templo original -narra Valecillo-, queda hoy el campanario y las paredes perimetrales este y oeste.
Es una iglesia de tres naves y fue necesario remozar y rehacer la fachada tal cual era antiguamente.
El templo construido con pilastras de columnas cilíndricas, de orden toscano y concreto martillado. La escala del campanario no se ajusta al cuerpo de la iglesia, esto debido a sus múltiples intervenciones.
Valor patrimonial
En el interior del hermoso templo, se exhiben piezas de gran valor patrimonial y artístico.
El cronista Valecillo, remarca que entre las obras se encuentra un cuadro de ánimas de un pintor establecido en Roma, de apellido Navarro, el cual se muestra en el altar de la nave del Evangelio.
Otra de las piezas sería una imagen de vestir de la época colonial, que inicialmente era una Dolorosa pero que en la actualidad se utiliza con diferentes advocaciones.
El Nazareno de Yépez
Igualmente, la iglesia tiene una imagen de Jesús Nazareno, donado por Flavio Campos Yépez, personalidad que sirvió de modelo para crear el rostro de la talla policromada realizada en Caracas.
Este personaje era sobrino del padre José Macario Yépez e Isabel Yépez de Campo.
“Dice la tradición, que la madre de Flavio, había prometido donar la escultura del Nazareno a la iglesia, pero debido a prematuro deceso, no pudo cumplir este legado. Pero fue el párroco de aquel entonces que observó varias revelaciones de la mujer convidándole a hacer cumplir su promesa y mandara a elaborar la talla”, amplía Valecillo.
Posee el templo de San Francisco de Asís, una Santísima Trinidad que se encuentra en el sitio donde anteriormente se ubicaba el bautisterio. Las cátedras de capítulo, son otro elemento de especial relevancia.
“Estas guardan en su espaldar la fisonomía de los doce apóstoles, hecha posiblemente por un escultor ecuatoriano”, describe el cronista.
