EL IMPULSO, 110 años de integridad ética

Cuando Don Federico Carmona concibió la relevante idea de fundar EL IMPULSO, pensó en un órgano periodístico vocero de la comunidad y en un diario, que representase el ideal colectivo, en función de los intereses generales. Esa integral visión, desde hace ciento diez años, se ha venido cumpliendo con altiva independencia de criterio. Como la memorable frase del obispo rebelde y patriota, Mariano de Talavera y Garcés, la prensa es la “única lengua legítima de los pueblos para emitir sus quejas” (Mariano Talavera y Garcés: Una Vida Paradigmática, Francisco Cañizales Verde, pág. 100).
Justo, con este prodigioso aporte de indeclinable periodismo, tras una jornada de representar el civismo, la libertad en todas sus manifestaciones y la perseverante voz del pueblo en la solución de sus impostergables necesidades, en esta circunstancia, EL IMPULSO, en la hora de la adversidad recibe la solidaridad de todos, sus sectores sociales, en rechazo colectivo a las trabas administrativas en la obtención de divisas, para la adquisición de papel y otros enseres, indispensables para el funcionamiento de este medio de comunicación social.
En esta coyuntura de su historia, estamos al lado de EL IMPULSO, como bastión imperecedero de nuestras reivindicaciones democráticas, para hacer enérgica repulsa a la acción de un gobierno, que la ha emprendido contra la prensa hablada y escrita y que quiere someter a la región y al país a la triste situación de los pueblos que han perdido la palabra. Por EL IMPULSO se manifiesta toda la región, pues es el heraldo a través del cual Lara tiene legítima representación en todos los fastos de la historia y la cultura, y Barquisimeto goza de esa privilegiada posición de eje geo-económico y social de la Región Centro Occidental.
Acorde a este orden de ideas, no podía ser otro el multánime sentimiento de solidaridad y adhesión tributado a EL IMPULSO, pues es el vocero en cuyas páginas se expresa la voz de la provincia, clamando justicia y libertad y haciendo la promoción de sus obras y sus iniciativas para la planificación del proceso de desarrollo integral y coherente y la satisfacción de sus ideales y aspiraciones de orden económico y social.
Pretender silenciar un diario masa, un diario pueblo, de la categoría de EL IMPULSO, es como abrir un calabozo, a la libre expresión del pensamiento y al derecho de información, patrimonio indeclinable del pueblo. Es que la prensa en todas partes, donde abre sus heraldos de luz y de cultura, como se identifica en la atinada concepción del Libertador, es una inextinguible fuente, que acredita: “El derecho de expresar sus pensamientos y opiniones de palabra, por escrito, o de cualquier otro modo, es el primero y más inestimable don de la naturaleza. Ni aun la Ley misma podrá jamás prohibirlo” (Constitución de Angostura, 15-2-1.819). Sube de punto, que el régimen de estas manifestaciones que coartan la libre expresión del pensamiento, viola con su ilícito proceder la Constitución Bolivariana, que establece en su artículo primero, que la Republica de Venezuela: fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar El Libertador.
Y cuando los sectores representativos de la región y del país, en una sola voz y un solo cuerpo innumerable, expresan de manera noble y diáfana, su solidaridad con el Diario EL IMPULSO, actúan impulsados de la imperiosa necesidad de mantener incólume la plena circulación del vocero de la dignidad del pensamiento y la tribuna de las ideas colectivas, en su misión de promover civismo y libertad, que como lo dijo en frase afortunada José Ignacio Guedez, estimado colega del periodismo y la abogacía: Podrían quitarle el papel a El Impulso pero no podrán borrar “el papel” que ha jugado EL IMPULSO a lo largo del tiempo y su decorosa historia.
El Periódico: Dimensión espiritual de un pueblo.