Mentiras

En su significado mas lato la economía trata de los equilibrios elementales entre la producción, la comercialización y el consumo. Atendiendo a las profundidades sociales de este concepto Adán Smith afirmó que la regulación del funcionamiento del mercado de bienes y servicios estaba dirigida por una mano invisible que ajustaba los patrones de interrelación de todas las variables intervinientes.
Por ello al formular cualquier estrategia económica se deben tomar muy en cuenta todos los componentes del hecho económico, incluyendo tanto los elementos básicos como sicológicos  que determinan el comportamiento del ser humano como integrante de los circuitos de producción y consumo. No es fácil la tarea de establecer un programa económico que satisfaga a todos por igual, no obstante hay líneas maestras que hasta los más bisoños economistas admiten como paradigmas sustantivos del funcionamiento económico.
Uno de ellos es que se debe proteger a los sectores primarios que internamente proveen a la  sociedad  de bienes inelásticos, como es el caso de la leche, un producto que goza de protección en todas las naciones para evitar que colapse frente a cualquier contingencia de los mercados internacionales. El mayor productor de leche del planeta es la Comunidad Económica Europea con un 44 por ciento de la  producción mundial. Ellos pueden incrementar  sus niveles de producción a gran escala porque tienen la tecnología, el manejo y la genética adecuada para lograrlo, no obstante tienen fijada una cuota para poder mantenerle un precio sustentable a este producto, ya que un  exceso de oferta los colocaría bajo el nivel de rentabilidad que requieren los  productores.
En Venezuela apenas sí producimos un tercio de la leche que consumimos, aunque las cifras oficiales intenten indicar una realidad distinta a la que padecemos los consumidores. Los números reales que manejan los gremios ganaderos es que se produce apenas un millón doscientas mil toneladas al año, lo cual dividido entre 30 millones de personas da un promedio de 40 litros por persona año, cuando según la FAO lo recomendable para Venezuela es un consumo de 120 litros por persona año.
El grave problema es que el Gobierno venezolano durante años ha sostenido que internamente andamos cerca de los tres millones de toneladas en producción de leche para defender unas políticas económicas inviables. La brecha entre producción y consumo la cubrían con importaciones indiscriminadas y sin control, como sucedió en el 2008 cuando importaron tanta leche en polvo que sobresaturaron el mercado, con el agravante que una gran parte la trajeron vencida o a punto de vencerse y terminaron incinerándola, ejemplo claro de ello lo tenemos en el caso Machiques.
Ahora no tenemos dólares y el precio de la leche en polvo  a nivel internacional está por encima de los cuatro mil dólares la tonelada. El resultado está a la vista: no se consigue leche en polvo por ninguna parte y la fluida es producto de una cacería implacable por parte de las amas de casa y la poquita que llega a los expendios desaparece en cosa de minutos, a pesar que la venden con un ligero incremento sobre el precio regulado.
Durante años hemos venido presentando la realidad de la producción de leche en Venezuela gracias a la generosidad de este periódico y aunque en privado algunos actores del oficialismo reconocían como verdad lo escrito por nosotros, siempre alegaban que decir cosas distintas a esta realidad era algo de alta política.
Pensamos que en estos momentos la mentira, que siempre ha sido innoble y desleal para con el pueblo, ahora se ha convertido en alta traición a la patria, porque se ha mentido en relación a la leche y se ha mentido respecto al hecho agropecuario en general.
Si a nuestros gobernantes en verdad los mueve la fibra patriótica su obligación es presentar con transparencia la realidad de la producción agropecuaria en Venezuela, asumir con humildad las cifras autenticas y proceder, en conjunto con agricultores y ganaderos, a buscar soluciones que nos saquen del abismo productivo en que estamos sumergidos. Sabemos que no es fácil, entendemos que eso tiene un costo político, pero es la única opción que tienen para no ser enterrados por la Historia.

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