19 años era la edad que tenía Roger José Andazol Piña, quien recibió un tiro que acabó con su vida la noche del viernes en la puerta de la casa de su madre, ubicada en el sector 1 entre calles 3 y 4 de Las Tinajitas, al norte de Barquisimeto.
Según la progenitora, Dilcia Andazol, el hoy occiso habría tenido “problemas” pero actualmente se dedicaba al trabajo para llevarle el sustento a su hija.
“Anoche (viernes) como a las 7:00, él iba saliendo de la casa, le recomendé que no se fuera muy tarde, pero cuando estaba saliendo vi a unos sujetos pasar en una moto, le dije que se metiera y se cuidara, pero aunque se agachó al percatarse de la situación, uno de los hombres se asomó y disparó contra él… Escuché como dos tiros”, explicó la mujer, quien, con la mirada perdida en el horizonte, comenzó a llorar en el momento.
Según su narración, al momento arribó al sitio del suceso un familiar, quien le quitó la ropa para saber dónde le habían disparado, “pero empezó a botar la sangre por la boca. Inmediatamente lo auxiliamos, yo lo abracé, no podía creer lo que estaba pasando. Lo trajimos al Hospital Pastor Oropeza, pero llegó sin signos vitales. Cuando lo tomé en mis brazos estaba temblando, y a los minutos dejó de respirar”.
En sus recuerdos aparecen cuatros sujetos en dos motos, quienes después del hecho, volvieron a pasar por el lugar y observaron la situación, como si nada hubiese ocurrido. “Era muy celoso, tenía problemas maritales, pero los estaba resolviendo”.
Ella comentó que su hijo no podía estar mucho tiempo por el lugar, pues en la edad de la adolescencia “tuvo unos tropiezos, pero ya había mejorado su comportamiento. Él cambió, pero queda mucha gente mala”, aseveró la dama, quien prosiguió y manifestó que el cuarto de sus hijos, trabajó como vigilante en una tasca y últimamente laboraba como entrenador de gimnasio.
“El lunes su hermano mayor lo llevaría hasta una empresa donde iba a comenzar a trabajar, sólo le faltaba la cédula”. Para ella, quienes ultimaron a Andazol Piña, son personas inescrupulosas que residen en la zona, “él ya no vivía conmigo sino con su pareja en Andrés Eloy Blanco, quien además está embarazada de cuatro meses, igualmente deja una hija de dos años”.
Roger José, estuvo en el alistamiento militar de la marina en Punto Fijo, estado Falcón, durante tres meses, aunque luego no ingresó. “Iba y venía, yo trataba que no estuviese mucho por aquí por precaución”.
Al interrogársele por el futuro que le depara, aseguró que la tristeza invadirá su vida de ahora en adelante, pues es la primera vez que sucede un hecho similar en su familia. “Le deseo la bendición de Dios y su misericordia. Mi conciencia está limpia porque mi hijo no mató a nadie. Tengo un Dios que me protege y su justicia es única, más que ya él tenía conocimiento de la palabra”.