La joven paquistaní Malala, que recibió un disparo en la cabeza de los talibanes por defender que las niñas vayan a la escuela, recibió este viernes en Londres el premio Anna Politkovskaya.
Se trata de la sexta edición del premio que lleva el nombre de una periodista rusa asesinada a causa de su trabajo de investigación y está dedicado a mujeres que han mostrado coraje en zonas de conflicto.
Lo da RAW in WAR (Llegar a todas las mujeres en guerra) y el año pasado fue concedido póstumamente a Marie Colvin, la periodista estadounidense muerta en Siria en febrero de 2012.
Politkovskaya «fue valiente y una fuente de inspiración. Estoy muy orgullosa de haber sido elegida para recibir un premio que lleva el nombre de Anna y espero ser tan valiente como lo era ella», dijo la paquistaní de 16 años al recibir el premio.
Desde hace un año, la adolescente que estuvo a punto de morir cuando ingresaba a su escuela en el valle de Swat (noroeste de Pakistán), se volvió una infatigable defensora de la educación, en particular del derecho de las niñas a recibirla.
Acogida en el Reino Unido, donde se instaló con su familia tras el ataque, Malala acaba de crear la Fundación Malala y lanzará la semana que viene el libro «Yo soy Malala», en el que relata su vida, la de sus padres y sus convicciones.