La directora general de la UNESCO, la búlgara Irina Bokova, fue reelegida este viernes en la primera vuelta de votación, anunció a la AFP una portavoz de la agencia de la ONU.
«Irina Bokova se impuso con 39 votos» sobre un total de 58 miembros del Consejo Ejecutivo de la UNESCO, dijo a la AFP Lucía Iglesias Kuntz.
«Rachad Farah tuvo 13 votos y Joseph Maila 6 votos», agregó la portavoz, en referencia a sus dos rivales para presidir durante cuatro años la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Bokova aparecía como favorita, aunque la elección se anunciaba difícil a raíz de las candidaturas de Rachad Farah, embajador de Yibuti en Francia, y del universitario libanés Joseph Maila.
Bokova argumentó para pedir otro mandato la normalización de la organización y una gestión rigurosa.
Farah y Maila afirmaban, por el contrario, que la UNESCO está perdiendo su rango y su razón de ser.
Elegida directora general de la UNESCO en 2009, Bokova debió hacer frente a la crisis financiera causada por la suspensión de la contribución norteamericana al presupuesto a raíz de la incorporación de Palestina, que se convirtió el 31 de octubre de 2011 en el 195º miembro de la organización.
La decisión de Estados Unidos significó un recorte de 22% del presupuesto de la UNESCO, que pasó de 653 millones de dólares a 507 millones.
«La crisis financiera ha quedado atrás», sostuvo Bokova esta semana ante los 58 representantes de los países miembros.
No obstante, se declaró «preocupada», considerando que 507 millones es «un monto irrisorio en comparación con nuestro mandato».
Para respetar el presupuesto, unas 300 personas corren el riesgo de perder sus empleos. Mil doscientas personas trabajan para la UNESCO en su sede de París y 900 en otras partes del mundo.
Eric Falt, subdirector general para las Relaciones Exteriores, señaló a la AFP el «traumatismo» que significó el retiro de la contribución norteamericana. «La UNESCO hubiera podido desaparecer», afirmó, estimando que después de «sobrevivir a esta crisis, no es el momento de cambiar de capitán».
Francia, incómoda por la candidatura de Joseph Maila, franco libanés que fue director del centro de análisis y perspectivas de la cancillería francesa, renovó el miércoles su apoyo a Bokova, recalcando su «valiente política de reforma» en «un contexto difícil», y considerando que «debe tener tiempo para llevar a cabo su programa».
En un informe sumamente crítico, el Tribunal de Cuentas francés afirmó este año que la crisis «no justifica la falta de preparación» de la organización. Otros informes procedentes de Gran Bretaña o Australia, fueron, en cambio, más bien favorables a la gestión de Bokova, argumentaron sus colaboradores.
Bokova «recaudó 75 millones de dólares (de otros miembros tras el retiro de Estados Unidos) y no suprimió ningún puesto ni ninguno de los principales programas» pese a la reducción presupuestaria», señaló a la AFP un embajador occidental que pidió el anonimato.
Pero otras posiciones eran menos tajantes. Bokova «es popular entre quienes querían que haga esa reforma e impopular entre quienes la han sufrido», señaló un diplomático árabe, agregando que ella «se negó a cambiar el nivel de contribuciones» como lo proponían varios países.
Asimismo, su proyecto de supresión del sector de ciencias humanas, al que acaba de renunciar, provocó una airada reacción de los países latinoamericanos.
Diplomática de carrera, excomunista convertida en una decidida europeísta, Bokova fue la primera mujer que dirigió la UNESCO al ser elegida por primera vez al cargo en 2009.
Además de búlgaro, habla inglés, español, francés y ruso. Está casada y es madre de dos hijos.
Su reelección deberá ser aprobada el 12 de noviembre por la Conferencia General, que reúne a los 195 Estados miembros de la Organización.