Para recordar: “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina. Persiste en ello, pues así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen”. 1ª Timoteo 4:16
Hace algo más de cuatro años, escribimos el mismo título, en éste Diario EL IMPULSO, específicamente, el 04/03/2009, p.A2, artículo # 170 y sin haberlo planificado mucho, llegó la hora de escribir la parte II.
Sucede, que todavía no ha pasado un mes del recién inaugurado Sistema de Transporte Masivo para Barquisimeto (Trasbarca) y ya van tres fallecidos relacionados con dicho trasporte.
No queremos dar la idea de ser profeta, tampoco, deseamos hablar en negativo de la empresa; pero hace algo más de cuatro años plasmamos observaciones que se han cumplido para esta fecha.
En aquel entonces contamos una anécdota: Que visitando la ciudad de Londres, Inglaterra, aprendimos lo que es el contraflujo (allá los carros circulan distinto al nuestro), gracias a Dios y a mi hermano Claudio, me advirtió a tiempo que venía un vehículo en el sentido inesperado para mí, y pasamos tremendo susto.
Mencionamos en 2009, que el contraflujo planificado por Trasbarca, hasta por el diseño de los trolebuses, hace que los choferes de todo vehículo en general y peatones, siempre nos encontremos de frente con alguna unidad.
Imaginamos: “gente atravesando el canal exclusivo en cualquier parte de las avenidas, y empeora la situación de peligro, en la noche”; dijimos: “Si no se corrige esta falla, más de uno pudiera salir, fácilmente atropellado, o muchos tendrán que gritarle: ¡Cuidado! Ahí viene el trolebús…”.
Acotamos: “…los muros de separación entre el canal “rápido” del tránsito vehicular y el canal exclusivo del trolebús, no son islas; angostas, de poca altura y no ofrecen ninguna protección”, dada la posibilidad de inconsciencia de algunos choferes que circulan en las avenidas rediseñadas.
Señalamos: “La necesidad de colocar una barrera a lo largo de la vía, para evitar que las personas estén cruzando en sitios no establecidos para el paso de peatones. Y todo ‘lo anterior’ pareciera cuestión de educación…”
Justo el 15 de septiembre, se publicó en EL IMPULSO.com, en la página de sucesos, el fallecimiento de dos damas, cuyo titular dice: “Mujeres murieron arrolladas tras evadir bus de Transbarca”; al parecer, al ver el trolebús se pusieron nerviosas, las hizo retroceder al canal rápido de la Av. Libertador y fueron investidas por el chofer de un carro particular, según la noticia.
También fue alarmante y doloroso, el fallecimiento del señor “Luis Santos, de 69 años de edad, ‘quien’ murió arrollado por una unidad de Transbarca”, la tarde del 21 de septiembre, de los corrientes, en la avenida Venezuela con carrera 31.
Los detalles de esta última noticia, también la extrajimos por Internet, del Diario señalado, del 22 de septiembre, redactado por los periodistas: Javier Vargas; Carlos Iván Suárez; y como fotógrafo, Emanuele Sorge.
Dichos comunicadores recogieron las palabras de Lady Rodríguez, una sobrina del fallecido, quien “se quejó del servicio de Transbarca y dijo que fue mal construido…, es un peligro, una guillotina lo que hicieron, el autobús circula al revés y no hay orientación”.
En realidad, no todo el tiempo vamos a tener alguien a nuestro lado, que nos diga: ¡Cuidado! Tal vez por ello, el Apóstol Pablo, hablando de nuestra vida espiritual, escribió: “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina. Persiste en ello, pues así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen”. 1ª Timoteo 4:16
Cuando el Apóstol dijo: “ten cuidado de ti mismo”, aunque se refería a la doctrina bíblica aprendida, se puede aplicar hasta para cruzar una calle, porque somos los que decidimos: “Pues, así te salvarás a ti mismo…”. Allí, la comparación espiritual adquiere sentido.
Por todo lo anterior, observamos que hay necesidad de mayor información, educación, para cuidar todo lo que involucra el Sistema, y tener más precaución de las partes involucradas: Choferes particulares, peatones, autoridades y Trasbarca.
Esperamos que los entes competentes, tomen en cuenta los peligros, tragedias y fallas mencionadas y con ello, se pudieran salvar muchas vidas en un futuro. Y no tener que decir, a cada rato: ¡Cuidado! ¡Ahí viene el trolebús…!
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