Serán sólo cinco funciones de la obra ¿A cuenta de qué?, todos los miércoles de octubre, donde la periodista interpreta a Corina.
“La verdad es que no soy actriz, soy periodista. No sé por qué estas señoras: Iraida Tapias y Rebeca Alemán, se les ocurrió esa osadía de que yo me montara en unas tablas”, dijo entre risas la periodista Nitu Pérez Osuna, quien esta noche debuta en las tablas con el monólogo ¿A cuenta de qué?, escrito por Iraida Tapias y Rebeca Alemán, bajo la dirección de Tapias, que estrena en el BOD-Corp Banca de Caracas.
Ya en la recta final, casi lista para el estreno, EL IMPUSLO conversó con la comunicadora social antes de un ensayo, para conocer más sobre los detalles de su nueva faceta como actriz. Confesó que está muy nerviosa con este nuevo reto, pero feliz con esta propuesta de Water People Theater Company.
“Ellas me invitaron a participar en el proyecto, y en verdad, siempre lo quise hacer, pero qué difícil es, es una entrega total eso de desdoblarse, de convertirse en otra persona, de sufrir con lo que ella sufre, de reír con lo que ella ríe, de alegrarse. De verdad me quito el sombrero ante los actores y actrices, a quienes siempre he respetado, pero ahora más, porque es un trabajo concienzudo y profundo”, expresó Osuna.
– ¿Cómo se prepara para el estreno?
– Estoy asustadísima, pero contenta, porque es un personaje muy hermoso, es una venezolana a carta cabal, que se debate como tantos venezolanos en quedarse o irse del país, porque no ven futuro. Ella está recogiendo su casa porque se va, porque sus tres hijos se fueron, y mientras está recogiendo, está recordando cada cosa y reviviendo momentos alegres, un poco lo que fuimos y dejamos de ser, y lo que podemos volver hacer. Yo diría que una obra que tiene un canto a la esperanza, ante toda la molestia e impotencia, Corina de Los Llanos es un canto a la esperanza.
-¿Cómo la convencieron de hacer esta obra?
-Ya había salido de Globovisión, ellas me llamaron y me pidieron que leyera el libreto, y en un momento, había partes que no podía leer porque la emoción me embargaba, cuando la terminé, con mucha dificultad, porque es una obra de una profundidad venezolana, les pregunté: “ustedes escribieron esto para mí”, porque es que era para mí, y Dios hace las cosas por algo, y a su tiempo.
-¿Cómo se siente con su personaje?
-Definitivamente tengo coincidencias con Corina, pero también cosas absolutamente opuestas. Ella es una venezolana que no le corre sangre roja por las venas, sino el tricolor nacional: amarillo, azul y rojo, a quien le ha tocado una vida muy dura, es viuda, y una mujer muy emotiva y emocional que cambia de la alegría a la depresión rápidamente.
-¿Qué ha sido lo más difícil de hacer teatro?
-Yo creo que todo (risas). Primero aprenderme la letra, es hora y pico en el escenario, donde he querido respetar al máximo el texto, el cual es hermoso, lleno de parábolas y cosas bellas.
He tratado de presentarlo tal cual es, aunque la gente me dice que no me lo aprenda al caletre, pero no es eso, sino quiero entenderlo, y así, si se me va una parte en el escenario, como la conozco, trataré de decirlo con mis propias palabras, hasta que me vuelva a llegar el texto como está escrito. Esto ha sido muy difícil, porque ya cuando uno tiene más de 50 años a veces la memoria se recorta un poquito, y yo nunca me he aprendido nada de memoria, ni en televisión.
-¿No es muy ambicioso debutar con un monólogo?
Las ambiciosas son ellas, Iraida y Rebeca, siempre digo que son osadas, y que yo también, definitivamente (risas). El público no va a encontrar una actriz, van a encontrar a Corina, ella es como todos nosotros. Porque no es Nitu, sino Corina, un poquito de cada venezolano, sin importar lo que crea o piense, es un venezolano que sufre por la inseguridad, la escasez, por los cortes de luz, los que tienen miedo, pero que también tienen sueños y esperanzas, pero se deprimen y a la vez se levantan todos los días a decir, aquí estamos, y aquí seguimos. Todos nos vamos a ver reflejados en Corina.