Cuidar el cuerpo no debe ser un problema o una preocupación, debemos encontrar todos los días momentos para cuidarlo y mimarlo con amor y dedicación.
Si la Naturaleza nos hubiera diseñado para estar siempre sentados, habríamos nacido con una silla incorporada, pero no es este el caso. Se nos ha dotado de un cuerpo lleno de articulaciones, tendones y músculos, destinado a ser movido cada día.
También es muy saludable hacer natación regularmente o andar, que es el tipo de ejercicio más fácil y económico que puedes realizar. Sabemos que caminar alarga la vida y vale la pena forzarnos a hacerlo diariamente. Para aquellos con problemas de tiempo, se puede aprovechar esta hora para meditar o tiempo de oración.
El estrés entendido como la reacción de lucha o huida en un momento puntual es sano y necesario. El problema viene cuando este momento puntual se convierte en algo crónico, ya que la sustancia segregada en estos casos, el cortisol, es tóxica en grandes cantidades.
Es un ácido que se come el cerebro y que con el tiempo puede desembocar en problemas cognitivos y otros tipos de enfermedades. Pero no te preocupes, todo tiene solución y el cuerpo se puede regenerar.
Lo mejor para combatir esta situación es simplificar nuestra vida e incorporar a nuestra rutina la meditación y oración, la respiración consciente y la relajación. Deshacerse del estrés y sanar nuestro cuerpo es muy fácil y sólo requiere un poco de disciplina. ¡Esfuérzate y Hazlo!
El principio es la prevención, si es necesario. Mediante el estudio de nuestras características físicas y fisiológicas, es posible determinar qué elemento predomina en nosotros y así poder definir qué tipo de estilo de vida es más adecuado para conservar nuestro equilibrio, tanto a nivel físico como psicológico y espiritual. El día que lo incorpores a tu vida te preguntarás por qué no lo habías hecho antes.
Este es el punto más importante de todos. Ahora ya sabes cómo cuidar el cuerpo, pero de poco te va a servir si no coges tu agenda, buscas un hueco y te pones a experimentar.
