No es una película repetida. Esta segunda parte del debate sobre el Jugador Más Valioso de la Liga Americana en teoría tiene todos los ingredientes para ser fascinante, y vuelve a reciclar una discusión en la que ninguno de los bandos cede un milímetro.
Desde una trinchera se encuentran los tradicionalistas que desprecian el empleo de estadísticas avanzadas, renegándolas como afrenta a la esencia del béisbol. Desde la otra, acometa una facción que propugna por la objetividad de los datos, tratando con desdén a los antagonistas.
Ahora bien, a la hora de definir un ganador entre Miguel Cabrera y Mike Trout, lo aconsejable es ir directo al grano. Y lo que va a ocurrir al momento de la votación se perfila demasiado previsible. Como siempre todo pasa por el término de “valioso”.
Cabrera, gracias a sus prodigiosos números de poder, repetirá con el galardón. Si uno va a argumentar que el premio le corresponde al tercera base de los Tigres nada más tiene que enfatizar que su desempeño ha sido superior al del año pasado, cuando se erigió en el primer bateador desde 1967 que logró la Triple Corona.
Arrancó la temporada con un abrumador ritmo de que calcaría la Triple Corona en porcentaje de bateo, jonrones y carreras impulsadas. Pero Chris Davis de los Orioles apareció para eclipsarle en cuadrangulares y también le ha sacado una mínima ventaja en carreras impulsadas.
Y lo otro es que Cabrera ha conseguido otra Triple Corona, puesto que es el líder en porcentaje, slugging y OPS (embasado más slugging). En cada una de esas categorías aumentó considerablemente su producción: 18 puntos más en porcentaje; 30 puntos más en slugging; y 79 más en OPS. También dominó en embasado con .442.
Algo más: es el primer bateador derecho en cualquier liga que gana tres títulos seguidos de bateo desde que Rogers Hornsby encadenó seis con los Cardenales, entre 1920 y 1925.
Todo lo que debe hacer un simpatizante de Cabrera es repetir una y vez la siguiente frase: “ha sido mejor que el año pasado”.
Por su defensa, velocidad y bateo, Trout ha confirmado plenamente ser el jugador más completo de las Grandes Ligas, lo cual se aprecia a simple vista y que se avala con cuentas fáciles de entender, sin siquiera tener que recurrir al polémico WAR. Pero el jardinero central no va a ganar por la simple razón que juega con los Angelinos de Los Ángeles, que fueron un fiasco, mientras que Cabrera acaba de celebrar en Detroit la conquista de su tercer título seguido de división.
Hablando de WAR, de acuerdo con la fórmula de Fangraphs, Trout comanda con contundencia la tabla de la estadística que busca sintetizar en una sola cifra el aporte integral de un pelotero a su equipo. El suyo es de 10.4, escoltado en su circuito por Josh Donaldson de los Atléticos (7.7) y Cabrera (7.6). Trout también disparó su porcentaje de embasado por 32 puntos con respecto al .399 del año pasado, además de liderar en carreras anotadas y bases robadas.
Trout se convirtió en apenas el tercero pelotero desde 1900 que consigue 190 hits, 100 boletos y 30 bases robadas en la misma temporada. Con apenas 22 años, Trout ya había hecho historia como el primer jugador en la Americana con 25 jonrones, 30 robos y 100 boletos en el mismo año.
Según las mismas instrucciones que se presentan para la votación de un premio individual, la campaña de un equipo no debe ser considerada. Sin embargo, es uno de los factores que más se pregona para sacar de carrera a Trout.
Ahora bien, los Tigres tienen al alcance obtener algo inédito: jugadores suyos acaparando el Más Valioso, el Cy Young y el Novato del Año.