Los trabajadores de la mayor siderúrgica de Venezuela y de la región andina, Sidor, levantaron la noche del domingo la paralización total de la acería, iniciada 10 días atrás en demanda de reivindicaciones salariales vencidas desde el 2008.
El conflicto laboral ha dejado millonarias pérdidas que el gobierno de Nicolás Maduro calcula en unos 40 millones de dólares, pero que los trabajadores aseguran son casi cuatro veces más.
«Ya estamos trabajando nuevamente. Las líneas (de producción) están totalmente operativas», dijo una fuente de la firma estatal en condición de anonimato.
Sin embargo, los trabajadores aseguran que a pesar de volver a sus labores la empresa opera al 40 por ciento de su capacidad instalada anual de 5 millones de toneladas de acero líquido.
La paralización se inició a mediados de setiembre en demanda de un nuevo cálculo de utilidades, vacaciones y prestaciones sociales y días más tarde se hizo total.
«Esta fue una paralización por un descontento de cuatro, cinco, seis, siete años, por algunos errores en la gerencia de Recursos Humanos pues le estaban descontando beneficios a los trabajadores de manera ilegal», dijo a Reuters el presidente del sindicato de Sidor, Sutiss, José Luis Hernández.
Los conflictos laborales son comunes en Sidor y, aunados a la falta de inversión y escasa adecuación tecnológica, han golpeado con fuerza la producción que el año pasado cayó a su peor nivel en 16 años, al despachar apenas 1,5 millones de toneladas de acero líquido.
Para este año, Sidor estableció una meta de producción de 4,45 millones de toneladas de acero líquido, pero los trabajadores dudan de que se llegue, siquiera, a la mitad.
Desde su renacionalización en el 2008, cuando el Gobierno socialista del fallecido Hugo Chávez le compró la mayoría accionaria al consorcio internacional Ternium, la producción de Sidor ha caído año tras año.