La presión que en estos momentos tiene el Ejecutivo Nacional, como consecuencia del agudo desabastecimiento de bienes de toda índole, de la escasez de divisas, de los constantes apagones a lo largo y ancho del territorio nacional, le está obligando a tomar medidas de emergencia para tratar de que no se sigan caldeando los ánimos de la población, molesta porque no encuentra lo necesario para la alimentación familiar, para el aseo personal.
Asimismo, tal como se los adelantamos la semana pasada, de acuerdo con el criterio expresado por algunos dirigentes empresariales, el Órgano Superior para la Defensa Popular de la Economía, ha resultado ser otro organismo de acoso y persecución en contra de la empresa privada, con el agravante de que están insistiendo en una supuesta “guerra económica”, que solamente existe en la mente calenturienta de algunos revolucionarios talibanes, porque la ausencia de productos en los anaqueles se debe principalmente a que las empresas no tienen inventarios, tampoco cómo reponerlos, porque Cadivi no tiene divisas suficientes, el Sicad tiene un mes que no opera y ahora, después del chasco que se llevó el Jefe de Estado en su viaje a China, desde donde regresó con las manos vacías, no habrá cómo alimentar la tercera alternativa para facilitar el otorgamiento de las divisas.
Con la exoneración temporal de la presentación de solvencias para la obtención de los Certificados de no Producción Nacional (CNP) o de Producción Insuficiente, que constituyen requisitos indispensables para solicitar las divisas ante Cadivi, el Gobierno está reconociendo que estos trámites burocráticos se han convertido en cuellos de botellas, afectando la producción y por consiguiente el abastecimiento, lamentablemente solo se beneficiarán sectores como alimentos, salud y artículos de higiene de primera necesidad.
La agilización en la asignación de las divisas para los rubros prioritarios, por cadena productiva, pareciera ser una decisión bien encaminada; sin embargo, los empresarios estiman que en este caso se repetirá lo mismo que con las divisas asignadas por las subastas del Sicad, donde existen ejemplos de empresas a las cuales se les asignaron las divisas en la primera subasta, pero hasta el momento no se las han liquidado, aun cuando les han debitado de sus cuentas corrientes.
Se acordó agilizar la aprobación y liquidación de divisas para el sector de autopartes, de manera que puedan agilizar la producción y atender la demanda creciente de repuestos para las unidades de los transportistas tanto públicos como privados, pero retornamos a lo mismo, no hay divisas suficientes para darle a todo el mundo, menos en los montos que requiere cada sector.
Las reacciones de los organismos empresariales como Fedecámaras, Conindustria y Consecomercio, no se hicieron esperar y todos coincidieron en señalar que el gobierno con estas decisiones, está reconociendo que los trámites burocráticos entorpetecen la producción y generan el desabastecimiento. Asimismo advierten, que estas medidas deben permanecer en el tiempo, sobre todo aquellas orientadas a agilizar el otorgamiento de las divisas, que se ha convertido en el principal obstáculo para impulsar la producción nacional.
También aseguran que se trata de pañitos de agua tibia, que no van al fondo del problema como es el agotamiento del modelo económico y la aplicación de medidas erradas por parte del Ejecutivo, así como permitir la expansión de la liquidez en un 60% en lo que va de año, aumentando la demanda de bienes, ante una industria nacional virtualmente estancada, con una capacidad ociosa superior al 50%, afectada simultáneamente por los constantes apagones y por los controles de cambios y de precios.
El caso de los puertos
El Gobierno también se propone agilizar la descarga en los puertos de las materias primas, insumos y productos terminados del sector alimentos, conociéndose que en estos momentos como consecuencia del aumento en las importaciones de rubros alimenticios, la inadecuada infraestructura operativa de los puertos y el déficit de camiones de transporte pesado, hacen pensar que no será fácil que los productos salgan de los puertos y lleguen hasta la agroindustria para su procesamiento y a los anaqueles.
De acuerdo con las cifras que se manejan en los actuales momentos, solamente en Puerto Cabello, terminal al cual se están dirigiendo la mayoría de las importaciones, hay en este momento 17 buques con más de 400 mil toneladas de alimentos, con el agravante de que la velocidad de descarga de la mercancía, es mucho menor a la celeridad con la que siguen llegando nuevas embarcaciones.
No hay que olvidar que los puertos constituyen, sin lugar a dudas, un importante elemento dentro de la cadena logística. Ellos pueden influenciar de manera significativa el costo final de los productos, por lo que cualquier estrategia económica debe, necesariamente, tomar en consideración el funcionamiento y organización del sistema portuario del país.
De acuerdo con estudios bien documentados, los costos portuarios representan entre un 50% y 60% del total del flete en el tráfico de línea regular, comprendiendo aquellos los gastos de manipulación de mercancías, los del buque en el puerto y las tarifas portuarias, de allí la importancia de garantizar unas operaciones de importación y exportación de bajo costo, que no es precisamente lo que en estos momentos se está registrando.