Aerosmith ofreció un show apoteósico

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“Los Chicos Malos de Boston” ofrecieron un concierto de dos horas en el estacionamiento del Poliedro, Caracas.

Aerosmith estremeció el estacionamiento del Poliedro de Caracas con un concierto increíble; donde las leyendas del hard rock, verdugos de los escenarios, volvieron a dejar en evidencia el talento que los ha mantenido unidos por 43 años. Ahora con cabelleras blancas, siguen dando lo mejor de sí en cada espectáculo.

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Por Venezuela abrió el show la banda ganadora del Festival Nuevas Bandas 2013, Del Pez, quien regaló media hora de su talento. Luego de su actuación, a las 8:42 p.m. se activó un video en la pantalla de fondo, que mostraba imágenes de Aerosmith, y mientras el público se concentró en el audiovisual, Steven Tyler apareció en el final de una pasarela que se extendía desde el escenario hasta el público.

Con la energía que lo caracteriza, se plantó para no dar respiro durante todo el show. “Joey”, exclamó, para que el baterista arrancara el concierto, y su voz le diera vida a Let The Music do the Talking. Tyler llegó vestido con un pantalón blanco, camisa con pintas fucsias, sobretodo y lentes oscuros, estos últimos volarían hacia el público.

Con sus cabellos inquietos, tomó el micrófono con fuerza para interpretar cada uno de los temas. En ocasiones levantaba el paral para hacerlo danzar con sus pasos. Es increíble su ímpetu, pues a sus 65 años se lanza dos horas de concierto con una energía indescriptible de principio a fin.

Pero no sólo él es el protagonista de la tarima, sino sus cómplices musicales, con quien lleva más de cuatro décadas de andanzas: Joe Perry y Brad Whitford en las guitarras, Tom Hamilton en el bajo y Joey Kramer en la batería, todos pasan los 60 años, pero son unos monstruos en el escenario.

Entrega por completo

“Caracas”, gritó Tyler, y corrió al centro del escenario para cantar, junto a la banda, Elevator. Se quitó el sobretodo, no sin antes darle vueltas como las hélices de un helicóptero, para seguir con Toys.

“Come baby”, le dijo a sus seguidores para que lo acompañarán con Oh yeah. La adrenalina de su cuerpo se hacía evidencia en el sudor que recorría su rostro. Para calmar su sed, tomaba agua de los termos y envases de plásticos que sus fanáticos tenían cerca de la tarima.

Un video con “Los Chicos Malos de Boston”, pero en caricatura, acompañó al tema Lover a Lot. El maestro de ceremonia no paraba, corría por todos los rincones del escenario y la pasarela en busca de sus músicos y de sus seguidores.

Se escuchó Dude, luego Same Old Song and dance, donde Hamilton se destacó con sus cuerdas, a lo que Tyler pidió aplausos para el bajista. En la punta de la pasarela interpretó Cryin, junto a su armónica, la cual regaló a su público. “Thanks”, dijo al público venezolano por su ovación.

En esta oportunidad el quinteto estadounidense vino acompañado por 19 amplificadores Marshall, que era la escenografía, los cuales los hicieron sonar de manera poderosa, retumbando todo el espacio.

Continuaron con Last Child, Jaded y Combination, en este último Perry se adueñó del micrófono, mientras Tyler se colocó al lado de Kramer, con baquetas en mano, para hacer sonar la batería a cuatro manos. Más tarde se escuchó Edge.

Era sorprendente, el cuerpo de Tyler no descansaba, se contorsionaba con cada letra, mientras sus cabellos danzaban. Siguió What it takes y su emblemático tema Crazy, los celulares no dejaban de trabajar, grabando cada momento irrepetible del show.

Siguieron I don’t want to miss a thing y No More, donde se colocó al lado de Perry, quien hacía sonar su guitarra de forma magistral. También fue parte del repertorio una versión del tema Come together de The Beatles.

Casi llegando al final de la velada, se escuchó Walk this way, donde el cantante le pidió al público que subieran las manos y las movieran de un lado al otro. Perry, en la punta de la pasarela, se colocó su guitarra en la espalda, y de igual forma la hacía sonar de forma sorprendente. Los aplausos no se hicieron esperar ante eminente episodio. Al terminar el tema, Tyler se llevó el micrófono arrastrado por toda la pasarela hasta el centro de la tarima.

“Los Chicos Malos” de Boston desaparecieron por unos segundos, todo quedó oscuro, mientras colocaban en el extremo de la pasarela un piano blanco que esperaría a los protagonistas para el gran cierre. Se prendieron la luces y regresó Tyler con otro atuendo, el cual le permitía mostrar su pecho.

Se sentó en el piano para hacer sonar las teclas con virtuosismo junto a su peculiar voz, mientras Perry se subió al piano con su guitarra para interpretar los dos últimos temas de la noche: Dream on y Sweet emotion, una imagen que quedará grabada en la memoria de sus fanáticos.

Al finalizar la canción, papelillos volaron por el estacionamiento.

La banda de colmó de aplausos. “Caracas, thanks”, dijo Tyler, y con orgullo y satisfacción presentó a cada uno de los integrantes de la agrupación, genios de sus instrumentos, que sonaron a gloria.

>“Good nigth baby”, expresó el cantante para despedirse, luego de haber regalado algunas de sus pulseras a los asistentes. Se retiró del escenario mientras jugaba frente a la cámara que registró todo el concierto.

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