Las autoridades venezolanas decomisaron un centenar de armas y más de 22.000 municiones de diferentes calibres en la cárcel de Maracaibo (noroeste), donde hace dos semanas una reyerta entre presos dejó 16 muertos, informó este domingo la ministra de Servicios Penitenciarios, Iris Varela.
«Tenemos 105 armas de fuego de distintos calibres», entre las cuales hay pistolas, revólveres, fusiles y escopetas, dijo la ministra al exhibir a la prensa el decomiso en la cárcel Nacional de Maracaibo.
Los 3.400 reos de esta prisión fueron evacuados a diez penales del sur y occidente del país para hacer la requisa tras la reyerta.
Varela indicó que en la revisión, hasta ahora de un 45% de las áreas del penal -ubicado en el estado de Zulia-, también se hallaron 22.762 municiones de diferentes calibres, la mayoría para fusiles.
«Todo el peso de la ley va a caer sobre los bandidos que introducen este tipo de armas y municiones en las cárceles del país», advirtió la funcionaria, quien estuvo acompañada del gobernador de Zulia, Francisco Arias Cárdenas, un militar retirado.
«Aquí había un arsenal para mantener una guerra por semanas (…) falta todavía un 55% de áreas y espacios por requisar y tenemos ya este resultado que es impactante», opinó Arias Cárdenas.
En la inspección además se encontraron cinco granadas, dos morteros, partes de armas, cuchillos y 12,2 kilos de droga, la mayoría marihuana, y unos 135 celulares.
Las autoridades también sacaron del penal a 596 familiares, entre ellos 191 niños, que se encontraban de visita cuando ocurrió la reyerta en esta cárcel, conocida como ‘Sabaneta’.
Según cifras del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), 591 presos fallecieron en las 34 cárceles del país en 2012 y otros 1.132 resultaron heridos.
Escenario de constantes enfrentamientos entre detenidos, las prisiones venezolanas sufren además problemas de insalubridad y hacinamiento, al albergar 50.000 reos en una infraestructura con capacidad para 14.000.
En los últimos dos años las autoridades han impulsado un plan para mejorar las condiciones de vida en las prisiones, lograr el desarme de los reos y agilizar sus procesos judiciales.
La funcionaria había anunciado unos días atrás que, una vez desalojada, la cárcel de Maracaibo se convertiría en una escuela de régimen penitenciario y que un nuevo recinto sería construido para los penados del Estado.