Sin tregua – ¿GUERRA ECONÓMICA?

Algo que nunca habíamos sido. ¡Un logro de la “revolución”!: Habernos hecho dependientes de Colombia, de sus empresarios del agro y de su gobierno. La escasez de soberanía es hoy aguda, muy aguda. Tenemos menos patria que nunca. Veamos.
Maduro anuncio que para “medio aliviar” la escasez, hizo un acuerdo con el Sr. Santos por 600 millones de dólares para que nos suministre alimentos. Y, de inmediato, Santos, con una ancha sonrisa de triunfo, confirmo el convenio y detallo que uno de los productos es leche en polvo por 60 mil toneladas. Y, que conste, buena parte de la industria tiene tiempo estatizada, es decir, el gobierno lo maneja todo, de modo que es ridículo el cuento chino de la “guerra económica”. En todo caso sería el propio gobierno el responsable de esa guerra de incapacidad, desorden, corrupción. Santos, además, se regodeó especificando que el transporte de los alimentos sería también por empresas transportistas del vecino país.
Y en el rublo de la leche la cosa no es nueva. Desde hace al menos cuatro o cinco años más de la mitad de la leche que consumimos aquí es importada. Se ve clarito los embases: Ecuador, Brasil, Uruguay, Argentina. ¿Guerra económica? El cuento se lo traga cada vez menos gente, incluido los camaradas de las UBCH. Ese y el resultado de las expropiaciones y confiscaciones de fincas de ganado lechero que eran productivas. Es el “estatismo salvaje” junto con la corrupción roja rojita. La misma historia de Agroisleña, Sidetur, las empresas básicas de Guayana, Cemen y paremos de contar.
¿Acaso no es la misma historia de las cabillas y el cemento? ¿A cuales empresarios van a culpar? La industria cementera fue estatizada el 100%. Todo es del PSUV. Todo lo administran funcionarios de franelas o costosas chaquetas rojas. ¡Cuánto cuesta comprar un saco de cemento! A veces se consiguen, pero dando muchas vueltas o apelando a amigos. O simplemente comprándolos a revendedores enchufados. ¿Y las cabillas? El 95% de las plantas productoras están en mano también del Psuv. Sidor – que producía  4.3 millones de toneladas de acero, ahora no llega a 1.8 toneladas – todo rojo rojito. ¡Por eso hay escasez! Y detrás viene la corrupción y las mafias. También totalmente roja rojitas. Donde hay monopolio hay especulación. Y si el monopolio es del gobierno o del partido del gobierno como en el caso nuestro, hay mucha corrupción adicional, junto con escasez por improductividad y para que las mafias ganen.
¿Por qué la “revolución” no combate en serio estos hechos delincuenciales que son tan evidentes? Pues porque mientras haya estatismo monopólico, el grupito gobernante tiene el poder de decidir sobre la vida de la gente, y muy específicamente la de sus camaradas. Y, como se sabe, para el cogollito rojo lo único que importa es el poder, aunque sea a costa de la ruina de Venezuela. Aunque sea a costa de hacernos dependientes del “imperio” – en gasolina, ingresos, arroz, maquinarias, repuestos y otras cosillas más -, dependientes de China, a quien le debemos hasta el modo de caminar. Dependientes de Colombia, Brasil, Uruguay, Argentina, Dominicana… para comprar alimentos. Hay, pues, escasez de soberanía, tanto como de alimentos. Y, aun así, los camaradas dicen que “tenemos patria”. Razón tiene Octavio Paz: “la ceguera biológica impide ver, pero la ceguera ideológica impide pensar”.