Hace años, algunos calculan cinco y otros ocho, una enorme roca se desplomó de la montaña sobre el tramo cerretero Dos Cerritos-Humocaro Bajo, obstaculizando el paso por uno de los canales.
Los derrumbes en ese tramo son frecuentes, sobre todo en temporada de invierno, haciéndose necesaria siempre la inmediata intervención de obreros y maquinarias de la alcaldía de Morán para despejarlo.
Quienes a diario deben utilizarla pensaron que en pocos días llegarían las máquinas del organismo municipal para retirar la enorme roca y de esa forma reponer el normal tránsito automotor.
Lamentablemente eso no ocurrió y desde ningún organismo, municipal o regional se han preocupado en retirar el enorme obstáculo que se ha convertido en un peligro para los conductores y pasajeros de la gran cantidad de vehículos que por allí se desplazan diariamente.
“Esa piedra no la han quitado porque el PSUV la necesita para poner su propaganda, porque el pobre partido no tiene dinero”, dijo con ironía el chofer de un camión que pasaba por el lugar.
En efecto, la piedra está identificada con las siglas del partido de gobierno cuando, ante el nulo interés por retirarla, al menos deberían colocarle una señal de peligro para advertencia de los conductores.
El mayor riesgo lo corren quienes se dirigen en sentido sur-norte pues el obstáculo se encuentra en una curva y quien no utiliza con frecuencia esa vía es sorprendido por la misma, más aún si se encuentra con otro vehículo de frente pues apenas queda un canal para ambos.
Los conductores de unidades que cubren la ruta El Tocuyo-Humocaro están cansados de exigir de la alcaldía de Morán el retiro de ese peligro pero sus exigencias han resultado inútiles.
“Están esperando que haya un choque de frente con muertos para actuar”, dijo otro conductor quien manifestó que ya hubo accidentes por la falta de visibilidad provocada por la piedra, afortunadamente sólo con pérdidas materiales.
Algunos están pensando en acudir a la gobernación para que desde Invilara envíen una maquinaria pesada capaz de remover la roca y colocarla fuera de la capa de rodamiento, donde no represente peligro alguno.
Mientras tanto, no les queda más remedio que seguir esquivándola o detenerse cuando dos vehículos se encuentren de frente para evitar un encontronazo.
