Venezuela a pesar de su gran avance en población urbana muy por encima de la rural, producto de la economía rentista petrolera que hacía soñar al campesino con una riqueza rápida y fácil en las principales ciudades, todavía conserva una gran cantidad de municipios donde la influencia del campo es importante.En tal sentido las organizaciones partidarias que pretendan conseguir la mayoría de las alcaldías y concejalías en nuestro país están obligadas a realizar ofertas electorales muy puntuales que motiven el voto en esos rincones donde a pesar de la influencia citadina se conservan algunas costumbres a sangre y fuego.
Es cierto que el clientelismo principalmente del gobierno nacional ha condicionado mucho la intención del voto en esos recónditos lugares; pero la oposición no puede dar por sentado que allí no puede penetrar aunque sea “Poco a Poco” como dice el son del Tamunangue. La mayoría de la vialidad sigue deteriorada, los insumos para la siembra y la cría desaparecieron prácticamente, los créditos se los cogen los vivos, la agricultura de puertos sigue en aumento, entonces con esta triste realidad,si hay razones para que los comandos de campaña de la oposición planteen en sus programas de gobierno que desde las administraciones locales, sus alcaldes y ediles van a desarrollar todo un plan de recuperación del campo creando programas y obras entre otros, como los campamentos de maquinarias para que las mismas organizaciones sociales en conjunción con el gobierno arreglen con plantas de asfalto, patroles, retroexcavadores, orugas…
sus vías de penetración, bancos locales de financiamiento a los verdaderos productores sin distingo de partidos, creación de proveeduría de herbicidas e implementos agrícolas en general que sustituyan a las excluyentes que existen ahora como Agropatria, fortalecimiento de mercados municipales y mayoristas con precios justos, pago de cosechas ajustadas a la estructura de costos, la creación de liceos y universidades agrícolas , transporte rural digno, el apoyo para el turismo campesino que tanto hace falta para generar ingresos extras en esos lares tan apartados donde la clase campesina no es dueña de su tierra si no una especie de inquilino presionado por la posibilidad de que lo expropien cuando les déla gana. En el mensaje al campesinado hay que generar una nueva esperanza, que vaya más allá que la mochila de los productos Mercal y una medicina chucuta que durante 15 años no ha logrado sacar de la pobreza realmente a este sector tan importante para el verdadero desarrollo nacional, poco hace la oposición en las elecciones con sacar en las poligonales urbanas de esta tipología de municipios una ventaja de 60% a 40%, si desde las montañas las máquinas vienen preñadas de un 80% para el oficialismo y un 20% para la opción opositora.
Palabras más, palabras menos, ¡candidatos si quieren comer lapas, tienen que subir el cerro!
@radamesgraterol