Cada grupo de nutrientes tiene una función específica y los hidratos de carbono se encargan principalmente de aportarnos “combustible”, o sea, energía. Los hidratos están principalmente en los cereales, pan, pasta, azúcar, miel, melazas, legumbres, frutas y verduras. Por supuesto en cada una de estas familias de alimentos encontraremos algunos más ricos que otros en hidratos de carbono.
¿Por qué se recomiendan entonces alimentos ricos en proteínas o dietas sin hidratos de carbono?
En la mayoría de los casos a falta de hidratos de carbono nuestro organismo buscará obtener energía quemando grasas y proteínas. Ese es, precisamente, el efecto buscado ya que el paciente suele perder bastante peso.
La producción de cuerpos o sustancias cetónicas obliga a nuestro organismo a aumentar la eliminación de líquidos a fin de expulsarlos y eso también favorece la pérdida de peso.
Riesgos de las dietas sin hidratos de carbono
Hay muchos médicos que recomiendan este tipo de dieta o restricción ya que argumentan que es sólo por unas semanas y que luego los pacientes vuelven a una dieta más equilibrada.
Otros profesionales no quieren prescribir nunca las dietas sin hidratos de carbono ya que argumentan que el cuerpo produce una cetosis (al “quemar” grasas) que favorece la deshidratación y una elevación de los niveles de colesterol y triglicéridos.
En los casos en los que los pacientes siguen esas dietas sin hidratos de carbono durante meses se podría llegar, según los mismos médicos, a un daño renal, sobrecarga del hígado y se favorecería la descalcificación ya que se está acidificando extraordinariamente el Ph de nuestro organismo.
Un riesgo a tener también en cuenta es que el paciente puede relacionar hidratos de carbono con obesidad y seguir por su cuenta, sin supervisión médica, estas dietas sin hidratos de carbono por tiempo indefinido en su afán de estar cada día más delgado. La intoxicación de nuestro organismo estaría garantizada si acabamos alimentándonos sólo de proteínas (carne, pescado, huevos, queso, etc.).