#DesayunoForo José Manuel Rey: Una vida llena de alegrías y sacrificios

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En la cancha suele vérsele con el ceño fruncido. Parece un hombre infranqueable. Puede que sea parte de su personalidad y uno de los argumentos de los que se vale para atemorizar a sus rivales en su rol de defensor.
Pero, lejos de esa imagen que proyecta, es conversador, abierto a todos los temas, jocoso y, lo más importante, un ser con una enorme sensibilidad social.

El caraqueño de 38 años, figura importante dentro del deporte nacional, accedió a salir de la cancha y sentarse en la mesa del Desayuno Foro del Diario EL IMPULSO para hablar de diversos temas, como su iniciación en la actividad de sus amores, sus experiencias fuera del país, el momento en que conoció a su actual esposa, el proceso previo al nacimiento de sus dos hijos y su paso –no menos importante- por la Vinotinto, a la que encabezó durante muchos años, cuando hizo la transición de cenicienta a selección competitiva.

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La tertulia la compartió con el arquitecto Juan Manuel Carmona; director de este rotativo; Violeta Villar Liste; jefa de Información; y Frank Depablos Useche, responsable de las páginas deportivas.

No puso barreras, ni rechazó balones. Tampoco dio zancadillas. Totalmente franco.

Es hijo de españoles, para ser más exactos, de gallegos. Sus padres se vinieron a Venezuela en busca de oportunidades de trabajo y se radicaron en Caracas, donde echaron raíces. Tiene una hermana, de nombre Mónica y reside en Elche.

 

Primeros pasos

Al fútbol llegó empujado por su padre, como buen español, un furibundo seguidor de este apasionante deporte. “A mi padre le gustaba mucho y llegó a jugarlo, pero lo expulsaron de varias ligas porque peleaba mucho”.

Sus comienzos fueron muy temprano. A los siete años ya estaba alineado en un equipo de la Hermandad Gallega, centro social en el que hacían vida sus padres. También intentó con el béisbol.

“Hacíamos vida en la Hermandad Gallega. Jugaba al futbolito y me gustaba tapar… también jugué pelota y era competitivo, era outfield. Pero llegó un momento en que me compaginaban los entrenamientos y mi viejo me dijo que me tenía que decidir. Me gustó el fútbol por el ambiente que se vivía en el club, siempre con las gradas llenas y por ese decidí”.

Se hizo profesional muy temprano. A los 18 años formaba parte del desaparecido Marítimo, un emblemático equipo que para la época era uno de los más dominantes.

Pero nunca abandonó el liceo. Bueno, sus padres no le permitieron tomar tal decisión. “A mí me castigaban si salía mal y el castigo era no ir a los entrenamientos. Eso para mí era mortal”. No fue un estudiante de promedio bajo, pero se sentía “malo”, porque tenía compañeros muy adelantados.

Tras graduarse de bachiller y seducido por los computadores, toda una novedad para el tiempo en que era un adolescente, optó por estudiar ingeniería de sistemas, pero la aventura duró apenas un semestre, debido a que no tuvo las facilidades para mantenerse en el balompié y la casa de estudios.

 

Su esposa, gran apoyo

“El gran triunfo que yo pueda tener en mi carrera es gracias a la persona que yo tengo al lado”.

Para el histórico jugador de la Vinotinto y del Deportivo Lara el rol de su esposa –Andreína- ha sido fundamental en sus logros. La vida de un futbolista es muy rigurosa, toda vez que no puede permitirse algunas libertades que otros profesionales si disfrutan, y el tiempo para la familia es limitado.

“Mi viejo decía que la vida de futbolista es peor que la de un obrero de pico y pala, y es verdad. Por ejemplo, un obrero llega el viernes, termina a las dos de la tarde y puede irse a tomar sus cervecitas. Hay un matrimonio y puede estar, se muere un familiar y puede ir”.

Para el deportista no están permitidos los excesos y siempre ondea la bandera de la disciplina. “Cuando voy al cine, aprovechando que están mis suegros en casa, voy con Andreína al cine, pero en el turno de las siete o en la tarde, porque después de las diez de la noche no puedo hacerlo”.

Por eso, advierte, es fundamental el apoyo de la pareja. “Yo conozco de casos que la esposa le ha dicho al compañero que quiere salir y si no lo hace lo amenaza con irse sola. Se quiere ir a la playa sola… En mi caso ha habido comprensión y eso es importante”.

A la mujer que tiene a su lado tiene mucho que agradecerle, pero no olvida que cuando la conoció en un club del estado Vargas, a donde fue unos carnavales para tomar sol mientras superaba una hepatitis, era “un limón”.

“Era difícil. Pero conmigo era diferente, mis amigos me dijeron que no era así con todo el mundo, y dije: hay que invertir allí”.

Por ella fue barrista, pero lo hizo en un Miss Venezuela, debido a que era candidata.

Tienen dos hijos. El primero, de 7 años, se llama Diego y la otra, de 4, es Samantha.

El proceso para buscar el primero de sus dos retoños fue difícil. Lo intentaron en varias oportunidades y no se concretaba, pero “el médico nos dijo que la presión por tenerlo afectaba la fase de fecundación”. Y un día llegó la noticia anhelada, la del embarazo.

“Me dijo un día que quería ir a la farmacia y comprar una prueba de embarazo. Yo no quería, pero después le dije para hacerle una prueba de sangre. Fuimos en la mañana, no nos atendieron, y volvimos al mediodía.

Después buscamos el resultado, ella venía con la cabeza gacha, me dio el sobre, no quise leerlo, pero me dijo: revísalo porque creo que el del problema eres tú. Lo abrí y cuando vi el positivo fue todo felicidad, de inmediato empezamos a llorar y fuimos a compartirlo con los suegros”.

La segunda llegó sin planificarlo. De hecho, su esposa llegó a jugar voleibol con dos meses de embarazo, sin saber de su condición. “Yo creo que por eso Samantha es así (tremenda), tienes que ver lo que es ella en comparación con Diego, que es un ángel”.

Es la historia de un personaje que es ejemplo no sólo en la cancha, sino que fuera de ella y que pudo salir adelante pese a los golpes duros que sufrió con la muerte de su padre, cuando recién empezaba a jugar profesional, y luego con la desaparición física de su madre, hace seis años.

Sus planes son radicarse en Barquisimeto y consolidar su Fundación, mediante la cual pretende darle una ayuda a los niños que están en escuelas de pocos recursos, como ocurrió con Coquitos de San Juan, a la que le donó una serie de implementos y uniformes.

Por ahora, el hambre como jugador sigue intacto, pero a futuro se establece la meta de ser director técnico.

 

Twitter Foro

El jugador además de compartir su experiencia personal y deportiva con el equipo de periodistas del Diario EL IMPULSO, también respondió las inquietudes de nuestros seguidores en las redes sociales.

@OswaldoJosé71 : ¿Quién cree que debe ser el próximo técnico de la selección nacional de fútbol?

Habría que analizar lo que es mejor para la selección en ese momento hay técnicos muy buenos en Venezuela que han logrado un puesto de jerarquía importante. Noel San Vicente, puede ser uno, en la palestra está Rafael Dudamel, el asistente de César Farías, Marcos Matías es un buen técnico… Al final hay muchos nombres la decisión pasa por él (Farías) más que la decisión federativa… no veo viable un técnico extranjero.

@100x100jmrey : ¿Qué puede seguir aportando José Manuel Rey al fútbol venezolano para cada día seguir creciendo?

Tratar de que las lesiones no lleguen, seguir aportando la alegría, las ganas de ganar al grupo, luego tratar de ayudar a fútbol infantil a través de mi Fundación… tratar de que la gente cada día quiera más al Deportivo Lara y asista mucho más al fútbol nacional.

@Anna_FP Desde el punto de vista de Rey ¿Qué le faltó a la selección para clasificar al Mundial de manera directa?

Al final siempre vamos a llorar por los puntos que se pierden en casa o el perdido fuera por un empate, al final la historia te dice que los pedidos en casa son lo que se van a lamentar más eso es lo que nos está sucediendo.
@HTraspalacios ¿Debe salir voluntariamente César Farías de la Selección?

Él cuando decida será…es lo más justo, ha hecho buena campaña. Decir que en el Premundial de Sudamérica Venezuela este aún montado, peleando por un cupo, por encima de cuatros selecciones no es un mal desempeño.

@Ottonavas: ¿Cree que la Sub -17 pueda ser la esperanza para que la Vinotinto llegue al Mundial del 2018?

Es la base, tuvieron la base en la sub -20 que fue al Mundial, de los cuales hoy en día hay dos o tres que hacen vida en la Vinotinto, pero los que quedan por fuera también tienen cabida junto con esta generación que sin duda tiene futuro competitivo, a nivel sudamericano, importante.

 

 

 

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