Brasil denunció el martes ante el mundo el espionaje electrónico de Estados Unidos y pidió a la comunidad internacional que tome medidas para combatirlo.
En una condena de una energía que pocas veces se ha visto en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas contra Estados Unidos, la presidente brasileña Dilma Rousseff dijo que el espionaje de ese país había generado «indignación y repudio en amplios sectores de la opinión pública mundial».
«Las intromisiones en los asuntos de otros países», dijo, «violan las leyes internacionales y son una afrenta a los principios que deben guiar las relaciones entre ellos, especialmente entre las naciones amigas. Una nación soberana jamás puede afirmarse en detrimento de otra soberanía».
Sin el derecho a la privacidad, dijo Rousseff, «no hay verdadera libertad de expresión y de opinión y, por lo tanto, no hay democracia efectiva. Sin respeto a la soberanía, no hay base para las relaciones entre las naciones».
La mandataria, quien suspendió una visita oficial a Estados Unidos el mes que viene como reflejo de su malestar, consideró que el espionaje electrónico estadounidense constituye una «grave violación a los derechos humanos y las libertades civiles, de invasión y captura de información confidencial relacionada con actividades empresariales y, sobre todo, de un irrespeto a la soberanía nacional».
`Le transmitimos al gobierno norteamericano nuestra protesta, exigiendo explicaciones, disculpas y garantías de que estos procedimientos no se repetirán», añadió. Los países «no pueden permitir que acciones ilegales, recurrentes, se produzcan como su fuesen normales. Son inadmisibles».
El presidente estadounidense Barack Obama hizo uso de la palabra inmediatamente después que Rousseff y no aludió a la protesta de su homóloga durante su discurso.
Para Rousseff, el espionaje «va más allá de las relaciones bilaterales de los dos países. Afecta a la misma comunidad internacional y exige una respuesta. Las tecnologías de la comunicación no pueden ser el nuevo campo de batalla entre estados».
La mandataria dijo que el programa de vigilancia estadounidense tuvo acceso a los registros de miles de millones de llamadas telefónicas y de correos electrónicos que se generaron en Brasil, incluyendo los de ella.
Brasil es un importante polo para el paso de cables de fibra óptica que cruzan el Atlántico. La función de esa agencia es interceptar las posibles comunicaciones de terroristas pero, aparentemente, habría atacado la red informática de la petrolera estatal Petrobras.
Rousseff dijo que esa agencia de seguridad también recogió datos económicos y estratégicos de corporaciones brasileñas, así como mensajes de diplomáticos brasileños, incluyendo algunos enviados a las Naciones Unidas, y los de su propia oficina.
También dijo que los datos personales de los ciudadanos brasileños «fueron interceptados de manera indiscriminada».
La administración Obama ha dicho que su programa de vigilancia no examina el contexto de los mensajes interceptados sin que haya pruebas de que existe alguna sospecha.
Rousseff dijo que ha exigido una disculpa de parte de Estados Unidos así como garantías de que el espionaje electrónico se detendrá.
Acto seguido la presidenta pidió que se creen las condiciones «para evitar que el ciberespacio sea usado como un arma de guerra, a través del espionaje, sabotaje y ataques contra los sistemas y las infraestructuras de otros países».
Con ese fin, planteó la creación de varios principios para supervisar el uso de internet y garantizar el libre flujo de información, de manera segura, en la red global de información.
Entre ellos están:
-Libertad de expresión, privacidad del individuo y respeto a los derechos humanos.
-Gobierno abierto, democrático y multilateral, ejercido con transparencia mediante el estímulo de la creatividad colectiva y la participación de la sociedad, los gobiernos y el sector privado.
-Universalidad que garantice el desarrollo social y humano y la construcción de sociedades inclusivas, no discriminatorias.
-Diversidad cultural, sin la imposición de creencias, costumbres y valores.
-Neutralidad de la red, guiada solo por criterios técnicos y éticos, que hagan inadmisible su restricción con fines políticos, comerciales, religiosos o de cualquier otra índole.
Rousseff dijo que los argumentos de Estados Unidos para justificar «la intercepción ilegal de datos y proteger a las naciones del terrorismo no tienen sustento».
«Brasil sabe cómo protegerse a sí misma. Repudiamos, combatimos y no damos amparo a grupos terroristas», subrayó. «Como tantos otros latinoamericanos, luché contra la arbitrariedad y la censura y no puedo dejar de defender de manera intransigente el derecho a la privacidad de los individuos y la soberanía de mi país».
Brasil le dio otro palo a Estados Unidos cuando Rousseff expresó su oposición a cualquier intervención militar en Siria, como propone Obama.
«No hay solución miliar» al conflicto interno de Siria, dijo Rousseff. «La única solución es mediante negociaciones, diálogo y comprensión».
«Repudiamos las intervenciones unilaterales contrarias a las leyes internacionales, sin la autorización del Consejo de Seguridad, que solo agravarían la inestabilidad política de la región y aumentarían el sufrimiento humano».
Foto: AP