REFLEXION Cantos de sirena

Las sirenas son seres fantásticos originados en la mitología griega y ampliamente extendidos en narraciones de la literatura occidental. De hecho esto confirma que nunca existieron en realidad. El conocimiento de su falsa existencia sólo puede servirnos para ubicarnos en la antesala de una reflexión, la cual puede dejarnos una enseñanza.
La mitología griega las describe como mujeres jóvenes con cola de pez, que se distinguen por una voz musical y prodigiosamente atractivas. Por ello, el énfasis en nuestra reflexión lo vamos a colocar en el sentido de la audición. Ya que dichos seres, según la mitología, cantaban maravillosamente. El engaño, aparentemente podía centrarse en la belleza física, pero no era así. Ese era “el gancho”. Aunque en la iconografía moderna las sirenas se representan por lo general con abrumadora belleza, el atractivo radicaba en su voz. Entonaban canciones y melodías bellísimas cuya finalidad era atrapar víctimas que luego devoraban.
Uno de los clásicos que llena nuestra avidez de lector, lo encontramos en la obra literaria La Odisea, allí sabemos que Ulises preparó a su tripulación para evitar la música de las sirenas, tapándoles los oídos con cera; deseoso de escucharlas él, se hizo atar al mástil de la nave para no arrojarse a las aguas al oír su música. A perecer, era la cosa más espectacular que oído humano podía escuchar y Ulises, consiente que era mortal, ordenó que lo amarraran.
No podemos negar, que estos seres que solo existieron en la mente prolija de los escritores, han servido como fuente de inspiración a muchos. Como por ejemplo, este extracto de poesía de autor anónimo que seguramente llenará la expectativa a tantos otros. “Déjate seducir por estas ninfas marinas y por el universo que esconden en las profundidades de sus almas. No te ates al mástil ni tapes tus oídos con cera, lánzate… ahora o nunca”. Pero la humanidad, el hombre, no puede vivir de cantos de sirena, por cuanto no son realidad.
En nuestra opinión, los cantos de sirena representan el placer inmediato, lo fácil, dejarse llevar por los sentidos y también por las emociones. Por supuesto, cada quien está en libertad de obcecarse por sus cantos. Que a conciencia o no, opten por lo más fácil. Creer mentiras y apariencias. Seguir lo que le dice un “mesías” o “iluminado” sin hacer ningún esfuerzo por constatar si lo que está oyendo es realmente veraz. Y los medios informativos, como las iglesias, han sido instrumento para ello.
La verdad, incontables situaciones en nuestra vida representan los cantos de sirena. Sobre todo la arenga de los políticos. Tanto del gobierno como la oposición. Si no, oigan las promesas de siempre para ganar votos. Otra fuente, donde percibimos los cantos de sirena, son las canciones que se dicen cristianas y que “alaban” a Dios. Y con muchísimo respeto por quien la canta y quien la oye, no sé cómo se alaba a Dios con ellas.
El fundamento de la alabanza a Dios está en la música, no en la letra. Es a través de ésta como el alma se dispone a alabar. Cuando Ud. oye una letra, avasallada con altísimos decibeles, por una música de José Luis Perales, Cristian Castro, José José, Nelson Ned. Cuando la letra “cristiana” la acomodan al estilo de cualquier artista o agrupación musical de la farándula nacional e internacional, Ud. podrá tener una conexión inmediata con el mundo que dejó o quiere dejar. Con su pasado y con la vida que un día llevó. Pero nunca entrará en la atmósfera celestial que Dios ofrece. Y si es reggaetón, Hip hop o Rap “cristiano” !Ni hablar!
La música que alaba a Dios tiene un patrón que se fundamenta en la reverencia, el respeto, la claridad, la solemnidad y la pureza. Eso, bíblicamente es demostrable.”Pero hágase todo decentemente y con orden”1Cor.15:2 La música debe ser una vía que nos introduzca en la atmósfera celestial. No cualquier “relajo” musical encaminado a satisfacer la audición mundanal y el bolsillo de autores y disqueras. Y ese patrón estamos en la obligación de buscarlo. Hay que tener mucho cuidado con los cantos que llevan la mente y el pensamiento, aún sin darnos cuenta, a vagar por cualquier parte menos hacia la presencia de Dios. Al final, podemos estar siendo devorados por el maligno. Dice Dios “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y lo demás vendrá por añadidura” Mat.6:33. . ¡Nos encontraremos el martes que viene, con el permiso de Dios! “La Biblia es nuestra única certidumbre para esta vida” “BENJAMÍN FRANKLIN. [email protected].