El principal centro de acopio de alimentos y demás productos de primera necesidad de la región Centroccidental, continúa trabajando con relativa normalidad, pese a que los acontecimientos recientes, además de las declaraciones de diversos voceros señalando su presunta centralización, han provocado que una densa atmósfera cargada de desconfianza y temores impregne el lugar.
El miedo se instaló en el otrora próspero Mercado Mayorista de Alimentos de Barquisimeto, reconocido en toda América Latina por su intensa actividad comercial, sus niveles de organización y su capacidad de “surtir a Venezuela”.
Una tensa calma predomina en los andenes, avenidas, zonas de carga y otras áreas comunes. En los establecimientos, tanto propietarios como dependientes extreman las precauciones. Es necesario guardar silencio, mirar a los lados, saber a quién comprar y a quién vender.
Ante la presencia del equipo reporteril de EL IMPULSO, varios comerciantes se acercaron con el propósito de drenar sus inquietudes, previa solicitud de no ser identificados, por temor a represalias.
Dentro de un local, vigilando constantemente la puerta y con el temor a flor de piel, contaron que la represión puede aparecer vestida de verde oliva, ataviada de saco y corbata, o disfrazada de cliente común.
“Aquí se perdió el respeto a la propiedad privada. La persecución hacia nosotros ha llegado al punto de reventar los candados y forzar las santamarías, en busca de, supuestamente, evidencias de especulación y acaparamiento”, expresó la propietaria del establecimiento. Pese a que no quiso identificarse, alegó que trabaja en el Mayorista desde su fundación.
Señaló que “a nosotros no nos suministran productos de primera necesidad, porque estamos bloqueados en el SICA (Sistema Integral de Control Agroalimentario). Como a los proveedores formales les tienen prohibido vendernos mercancía, nos vemos obligados a adquirirla en otro lado, a precios que están por encima de los regulados”.
“El Gobierno prohibió que los productos regulados, como la harina, el aceite, el arroz, la pasta y el papel higiénico, entren a Mercabar. Ahora se lo envían directamente a los supermercados, supuestamente para que lo distribuyan de manera directa al pueblo”, comentó el propietario de otro establecimiento.
“Sin embargo, esa mercancía luego llega aquí, pero ocho veces más cara, porque para tenerla toca comprarla a los supermercados, en su mayoría propiedad de chinos”, apuntó.
“Guardias negociantes”
El grupo de comerciantes aprovechó para realizar algunas denuncias referentes a efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana, quienes, según contaron, “se han dedicado a amedrentarnos y a hacer negocios con la mercancía que entra aquí”.
Señalaron que “a cada rato pasan por los locales pidiendo colaboraciones. Si uno no les da, entonces nos amenazan”.
Una de las afectadas relata: “En una ocasión compramos una cantidad de papel higiénico. Apenas lo descargamos, unos funcionarios de la GNB se acercaron al negocio y nos obligaron a venderles 50 bultos, a un precio fijado por ellos mismos. Terminamos perdiendo dinero”.
Organismos represores
Sobre las denuncias de acaparamiento, los comerciantes presentes coincidieron en afirmar que “nosotros somos mayoristas, se supone que debemos manejar cantidades de mercancía suficientes para surtir a los negocios que venden al detal. No entendemos por qué el gobierno dice que acaparamos”.
“Cuando llega Indepabis, Sencamer, Seniat, SADA o cualquier otro ente gubernamental, nos ponen a temblar. Vienen con toda la intención de quitarnos la mercancía, multarnos y cerrarnos. Han convertido los controles en mecanismos de represión, con el propósito de arrinconarnos”, aseveró uno de los afectados.
“Si nos centralizan, Mercabar se acaba”
Uno de los principales temores que albergan los comerciantes, empleados y clientes de Mercabar, es la amenaza de centralización.
Distintos voceros políticos han denunciado en los últimos días, que existe desde el Gobierno nacional la intención de retirarle a la Alcaldía de Iribarren la competencia sobre el Mercado Mayorista, a fin de transferirla al poder central.
Desde su fundación en 1983, el centro de acopio ha estado adscrito al municipio. Los comerciantes manifiestan que, a lo largo de su historia, han trabajado coordinadamente con todas las juntas directivas, a excepción de la actual, encabezada por el General Nelson Benito Verde Graterol.
“No estamos de acuerdo con que le arrebaten el Mayorista a la Alcaldía de Iribarren. Todos sabemos lo que ocurre con los organismos que centralizan”, manifestó uno de los comerciantes.
“Aquí todos tenemos miedo a que nos quiten nuestro patrimonio de toda la vida. Si esto lo agarra el Gobierno nacional, Mercabar deja de existir”, sentenció.