Hoy se celebra el Día del Recluso y quienes están detenidos en la Policía de Lara cumplen la jornada en total hacinamiento, situación similar es la que siguen viviendo en el Centro Penitenciario David Viloria, Uribana, que se llenó con los más de mil privados de libertad que trajeron desde Sabaneta, a pesar de no contar con las condiciones necesarias para albergarlos.
Una riña por el posible control del liderazgo en el calabozo cinco de la Comandancia General del Cuerpo de Policía del estado Lara, desató furia entre los detenidos y la noche del domingo, dejó como resultado el asesinato de José Gregorio Marval Goyo, de 20 años, privado de libertad por presuntamente estar involucrado en el asesinato del funcionario Enrry Martínez, hecho ocurrido en Quíbor. Actualmente estaba a la orden del Tribunal de Control 3.
A las 8:45 se dio inicio a la batalla entre los detenidos, minutos después sacaron herido por arma blanca al joven de 20 años, quien tenía 11 meses tras las rejas, pero a las 3:15 de la madrugada del lunes falleció, información que fue confirmada por el comisario agregado Luis Rodríguez, director del organismo policial.
“Este ciudadano estaba procesado con boleta hacia el Centro Penitenciario de los Llanos (Cepella). El primer traslado se realizó el 16 de febrero, luego el 25 de abril, seguidamente el 31 de julio y finalmente el 5 de septiembre pero en ninguna oportunidad lo aceptaron allá”.
La situación de hacinamento vuelve a Polilara, ya en total tienen 730 personas detenidas, de ellas 221 están en la Comandancia General y 32 son mujeres. Cabe destacar que los calabozos cuatro y cinco se comunican por un boquete, es decir, entre los dos hay más de 100 personas. En el tres están pocas personas, entre ellos, los privados que califican de alta peligrosidad.
Hicieron requisa
A las 10:00 de la mañana, ochenta funcionarios de la Dirección de Control de Reuniones y Manifestaciones (Dicrem), se metieron simultáneamente a los cinco pabellones, repartidos en 20 cada grupo. Ellos iban en la búsqueda del arma involucrada en el asesinato del reo, el cual presuntamente fue con un ‘chuzo’ de fabricación rudimentaria. El procedimiento se llevó a cabo en presencia de la fiscal 13 del Ministerio Público quien veló por el respeto a los derechos humanos.
A las 12:03 del mediodía culminó la revisión, allí lograron sacar armas de fabricación rudimentaria, las cuales hacen con palos, tubos y hasta con las cabillas de los garrotes de las celdas. Teléfonos y droga también hallaron. Al lugar también se apersonaron los efectivos del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas del estado Lara, quienes buscan detalles del asesinato.
Mientras se realizaba la operación afuera de la Comandancia, estaban los familiares de los detenidos; rostros de dolor, desesperación e impotencia se observaron. Los gritos aumentaban cuando se escuchaban algunas detonaciones, al parecer las mismas eran sólo sonido para calmar un poco la situación dentro de las celdas.
En el área llamada “King Kong”, que es un lugar de retención preventiva, metieron a las 26 féminas, quienes intentaban comunicarse con sus parientes, desde afuera preguntaban cómo estaban, ellas respondían que bien. Igualmente otras personas llevaban comida a los detenidos, pero el proceso estaba paralizado debido a lo vivido.
“Como afectada pido tomen conciencia. ¿Cómo va a ser posible que existan tantas personas hacinadas y los están maltratando?”, denunció Yelitza Guédez, quien agregó: “En el pabellón cinco beben aguardiente y les pasan marihuana, me pregunto: ¿cómo y quién se los pasa? A uno le revisan todo. Esos son los mismos policías”, dijo.
Etero Cedán aseveró que su hijo está en huelga de hambre, “sólo toma agua porque estaba en el pabellón cinco y no quería estar ahí”. Por su parte, Haideé Durán manifestó que su hijo tiene los pies hinchados porque tienen que dormir parados.
Según algunos de los presentes, a los detenidos no los llevan a los juicios en los tribunales, es por ello que, a su juicio, hay retardo procesal.
Se prostituyen dentro de la cárcel
Fuentes extraoficiales comentaron que dentro de la Comandancia General, conocida como “La 30”, las mujeres hacen comercio de su cuerpo con el servicio sexual. Cobran 160 bolívares por cada acto, le quedan 80, mientras que el resto lo dividen entre los líderes tanto femenino como el masculino de la prisión.