Sin tregua
En estos tres desastrosos lustros pueden contabilizarse las palabras repetidas, cual letanía, por los voceros de la cúpula roja amaestrados desde La Habana. En primer lugar está el apellido del difunto camarada. Obligatorio nombrarlo en cualquier frase u oración por más breve que sea. Ni su muerte ha impedido que continúe “el chuqueo” electoral de las dos silabas que lo componen por parte de unos herederos incapaces de sobrevivir políticamente sin su invocación. El estribillo descubre así, a un régimen que se perfila sin luces, oscuro y necrofílico.
El golpe fue otra palabreja que no faltó en el discurso del extinto. En serie los vio, intuyo, denunció, imaginó, inventó y explotó en su beneficio político, siguiendo las indicaciones de su padre putativo Fidel Castro, quien se jacta de haber escapado de unos 500 en más de medio siglo de su oprobiosa tiranía.
El golpe – no el del tamunangue – ha sido uno de los más valiosos recursos recibidos por los herederos enquistados en Miraflores. No hay un día que no escape a las amenazas del golpismo, proveniente de la ultraderecha criolla en comandita con Barak Obama. Este último, solo piensa en “madurar” un plan contra un sujeto que tiene como histórica tarea salvar al planeta de los embates del capitalismo, y la preservación de la humanidad…
La cúpula madurocabellista inventó un instrumento llamado “golpómetro” que le permite medir la intensidad de las intenciones de los golpes. Gracias a este aparato pueden detectar en segundos el epicentro, quiénes son los conspiradores, a cuál empresa o institución va dirigido, cuáles y cuántas armas utilizan, entre otras cosillas. Por supuesto, hay cosas fáciles de inferir sin necesidad del instrumento inventado por ese genio llamado Pedro Carreño. Una, es que el golpe siempre viene de la MUD, es decir la Mesa de la Derecha que ahora es amarilla, y que el blanco – aunque sea trigueño o moreno – está en el centro del propio cogollo.
Los golpistas, pues, no se andan por las ramas. Van al meollo, a la nuez. Pero los talentosos hombres de la revolución tienen lo suyo. Por lo cual, saben quiénes son los culpables en minutos, casi en segundos, y lo publican a través de la cuenta del pajarito, hoy políglota, que administra el enjundioso primer magistrado: de fácil, florido y docto verbo.
Gracias a esa pasmosa velocidad pudieron parar en seco el golpe eléctrico, que los enemigos planificaron para dejar sin luz a toda la silueta de país que nos va quedando. Los contrarrevolucionarios solo pudieron bajarle la cuchilla a 19 de los 24 estados que componen esta colonia castrista.
Jessie Chacón estaba en la metrópoli cubana, recibiendo las instrucciones de los dueños de Venezuela. ¡Venía con el decálogo “antigolpe eléctrico”! redactado por Ramiro Valdez, cuyas líneas maestras provienen del mandatario de 86 años recién cumplidos.
La semana pasada el golpe fue de agua en la ciudad capital. La ultraderecha se confabuló con el imperio para que las nubes – de manera por demás sospechosa – se llenaron hasta ocasionar inundaciones injustificables en Caracas. Esa urbe que tiene en su seno a los más reputados revolucionarios, que trabajan de sol a sol para abortar el golpismo, el magnicidismo, la conspiración y el sabotaje.
Y en los centros académicos oficialistas y de inteligencia que estudian la Golpometría se han detectado, investigado y evaluado todas las modalidades de golpes. Un verdadero aporte para la ciencia y para los gobiernos, incluido los Estados Unidos, al que además de venderle el petróleo y comprarle gasolina, están dispuestos a ofrecerle estos sesudos y estratégicos estudios.
Uno de los golpes que trae de cabeza a la cúpula roja, pero en el que adelantan serias investigaciones, es lo que puede llamarse el golpe oncológico. Dirigido exclusivamente al “comandante eterno”, quien en su vida y en su muerte fue cuidado, custodiado, protegido por el G-2 cubano. Hasta ahora nadie entiende cómo le fue inoculado el cáncer. Pero consuela conocer que la comisión no descansa un segundo en sus pesquisas. Si se confirma la hipótesis será de mucho provecho para la medicina y para los enfermos oncológicos del mundo.
Además de los golpes antes mencionados, ya se han codificado para su estudio los golpes en materia petrolera, de comunicación, corrupción, educación, de inseguridad, desabastecimiento y escasez. Lo que está todavía como pre-proyecto de investigación en la agenda de la Golpometría son los llamados tres golpes, el golpe de suerte y los golpes de pecho que sólo se ven en las misas.