Para los comerciantes del Mercado Mayorista de Alimentos de Barquisimeto, resulta cada vez más difícil sostener sus establecimientos en pie. Cumplir su vocación de centro de acopio y surtidor de productos de primera necesidad se complica con el paso de los días, por cuanto los dueños de establecimientos perciben los controles gubernamentales como mecanismos de presión, más que de regulación.
El operativo realizado el jueves, con la presencia del ministro de Comercio Alejandro Fleming, que concluyó con un importante decomiso de mercancía y la detención de cuatro comerciantes, incrementó las dudas y los temores. La principal razón: nadie sabe a ciencia cierta bajo cuáles criterios los funcionarios consideran que una persona es acaparadora.
Leyda Matos, propietaria de un local y representante de los comerciantes de Mercabar, indicó que “las instituciones gubernamentales encargadas de autorizar el despacho de productos están bloqueando a los mayoristas. Por lo tanto, quienes trabajan con productos de la cesta básica se ven obligados a buscarlos en mercados paralelos a precios más elevados. De lo contrario, les toca bajar las santamarías”.
Otros, agrega, se ven obligados a migrar su actividad económica hacia rubros distintos al consumo masivo, a fin de subsistir y no tener que cerrar.
Sobre la incautación de 150.000 rollos de papel higiénico practicada, dijo que “esa cantidad representa 3.000 bultos, y nosotros, por nuestra condición de mayoristas, estábamos acostumbrados a manejar 50.000 bultos. Entonces no entendemos qué es para ellos acaparamiento”.
“El Gobierno nacional quiere tapar el sol con un dedo. Hacer ver a los mayoristas como culpables de acaparamiento, cuando en realidad existe un severo problema de escasez”.
Matos expresó su preocupación por el futuro de los comerciantes de Mercabar. “Quienes realmente hacemos patria, quienes tenemos el coraje de abrir todos los días un portón, lidiamos todos los días con interrogantes que nos angustian ¿qué vamos a vender?, ¿qué nuevo operativo habrá hoy?, ¿qué nuevo control tendremos que cumplir? Si uno no tiene la fortaleza mental necesaria, sencillamente entra en depresión y cierra el negocio”, lamentó.
“Los comerciantes hemos tenido que bregar y sacrificarnos muchísimo para mantener en pie a Mercabar. Nosotros lo que queremos es trabajar, pero necesitamos también que el Gobierno, en lugar de perseguirnos tanto, nos ayude a trabajar”, señaló.
Según Matos, ya ningún comerciante trabaja para obtener ganancia. “Cumplimos las obligaciones, y mantenemos la operatividad de los comercios, pero de utilidad ya no se puede hablar”.
Sobre la creación de una oficina de fiscalización dentro de Mercabar, anunciada por el ministro Fleming, Matos indicó que “si vienen a ayudarnos, bienvenidos sean. Ojalá sirviera para que podamos trabajar juntos, a fin de volver a ser el mejor Mercado Mayorista de Latinoamérica, como lo fuimos en alguna oportunidad”.
“El ministro desconoce el estado Lara”
Simón Vizcaya también es comerciante de Mercabar. Contó que para poder sobrevivir y no cerrar su establecimiento, optó por trabajar con confitería, por cuanto comprar y vender productos de la cesta básica se ha hecho en extremo complicado, debido a los controles del Gobierno.
Con respecto las declaraciones que emitió el ministro Fleming sobre los mayoristas, Vizcaya expresó que “ese señor no conoce el estado Lara y mucho menos la realidad de Mercabar. El está diciendo lo que le llevan al escritorio. O ignora completamente la situación, o con todo respeto, es tremendo mentiroso”.
Señaló que “esa mercancía que quitan es pura pantalla. Nosotros sabemos que ese papel vuelve a aparecer aquí. Además, 150.000 rollos de papel higiénico sirven para trabajar apenas dos días”.
“Aquí no nos llegan productos como leche, café, arroz, entre otros, porque el gobierno decidió que se le entregaran directamente a los supermercados. En Mercabar, la frase que más se escucha es ‘no hay”, indicó.