Debo a la benevolencia amiga de Luis Eduardo Cortés Riera, esta grata reminiscencia de mi parentesco, enrazado con ancestro caroreño, que me ha suscitado su evocada columna periodística, titulada: Cofradía Santa Lucía de Carora, inserta en EL IMPULSO, donde menciona como miembro de esa asociación civil, a mi bisabuelo por rama materna, Don Segundo Antonio Verde. Agradezco al distinguido vecino de columna, esa referencia cordial a mi espíritu, pues se trata de uno de mis más lejanos antepasados, raíz de mi apellido y de mi ancestro.
Don Segundo Antonio Verde, se hizo cercano a mi afecto personal, por la constante referencia que hacían de su nombre y su memoria, mis abuelos maternos, el Procurador Francisco Verde Gallardo y su esposa, Rosaura Bracho Pérez de Verde Gallardo, quienes en gratas charlas en la señorial mansión de Cuicas, no cesaban en mencionarlo, con sus cualidades y excelencias, que se prendieron, entrañablemente, en mi mundo de la infancia.
De esta forma supe, que era persona socialmente vinculada a la comunidad torrénse, jefe civil de Carora, durante el guzmancismo, consecuente paladín del credo liberal y empresario innovadora lo Chúmpeter. Tenía una prospera Hacienda: Piedra Azul o San Marcos, un fundo papelonero, con miras a la industrialización del azúcar, con gestión intensiva y extensiva de la economía agrícola, todavía en producción, aun cuando está dividida en los fundos San Pedro y San Marcos, situados en el caserío San Marcos.
Mis familiares mayores caroreños, padecieron y sufrieron la dolorosa muerte de mi bisabuelo materno. En oportunidad cuando pasaba revista al tren de producción, resbaló en el bagazo de caña esterado en el piso, con tan mala suerte, que cayó a la paila de melado hirviente y en ese dramático trance, murió entre el bullir y rebullir de la melaza a punto de papelón. Dolorosa tragedia de la familia y la comunidad amiga.
Un tal Pedro Nolasco Pereira hijo, en una historia invisible de Río Tocuyo, presa del odio político, omite trato decente al adversario leal, por disentir ideológico, faltando a la pauta de la veracidad y ante el espectáculo tan pavoso de la muerte, presentó el hecho a su manera, dando rienda suelta a su godismo bastardo e intransigente.
De las entrelazadas ramas de la genealogía de los apellidos Bracho Perez y Verde Gallardo, surgen nítidas estas líneas de parentesco directo.
1) Segundo Antonio Verde, se casó en Carora el 26/11/1864, con Francisca Saturnina Gallardo, hija de Julián Gallardo y de su esposa, Florentina del Carmen Piñango.
2) Hijo de Don Segundo Antonio Verde y de su esposa Francisca Saturnina Gallardo, fue el procurador Francisco Verde Gallardo.
3) El procurador Francisco Verde Gallardo, se casó en Carora, el 14/05/1893, con Rosaura Elisa Bracho Pérez.
4) Hija del procurador Francisco Verde Gallardo y de su legítima esposa Rosaura Eliza Bracho Pérez de Verde Gallardo, es Soledad de María Verde Bracho.
5) Soledad de María Verde Bracho, casó en Cuicas, el 14/02/14, con Rafael Antonio Cañizales Desantiago.
6) Hijo de Rafael Antonio Cañizales Desantiago y de su esposa Soledad de María Verde Bracho, es el doctor Francisco Cañizales Verde.
7) El doctor Francisco Cañizales Verde, se casó en Barquisimeto, el día 22/03/2004, en segundas nupcias con Fanny Josefina Meléndez.
Carora ostentó el privilegio de su aporte a la Guerra Federal y participó en esta devastadora contienda, con cuatro espadas invencibles: los dos hermanos Bracho Pérez, o sea, Pilar y Juan José. Los dos hermanos Pérez, los Generales Francisco, cuñado del General Juan José Bracho (mi bisabuelo) y el General Juan Agustín Pérez. Carora se cubrió de gloria en la heroica lucha, que rescató la igualdad social, que con legítimo orgullo mantiene nuestro pueblo.
Decía la abuela, a veces se lanzaban flechas y dardos de humor criollo y gracejo popular, semejando coplas y guasas entre liberales y conservadores, que despertaban entretenimiento local.
Los conservadores iniciaban el ataque con esta escaramuza:
Decidles a los liberales
que se pongan a jilar,
paque le compren pertechos
al sinvergüenza de Pilar.
Los liberales entran en ataque y contestan:
Responden los liberales,
de eso no hay que dudar,
nosotros damos la plata
y el triunfo lo dá Pilar. (General Pilar Bracho)