Las autoridades venezolanas arrestaron el viernes a seis policías que fueron destituidos tras aparecer uniformados en un video bromeando y disparando al aire, empañando la imagen de una fuerza creada para cambiar la fama de corruptela de los cuerpos policiales.
El video, que fue publicado este mes en las redes sociales y atrajo numerosas visitas, generó una lluvia de críticas al Gobierno en momentos en que está bajo presión por la inseguridad y delincuencia que aqueja a los venezolanos.
Los seis jóvenes detenidos eran miembros de la nueva Policía Nacional Bolivariana (PNB), creada por el fallecido presidente Hugo Chávez en homenaje al héroe de la independencia Simón Bolívar.
La Fiscalía informó que fueron detenidos la mañana del viernes en Caracas por «presuntamente usar de manera indebida sus armas de reglamento, según se visualiza en un video colocado en las redes sociales».
Los policías fueron despedidos después de que se conociera el video, donde aparecen uniformados, riendo y jugando con sus armas luego de bajarse de una patrulla identificada con el nombre de la PNB (http://youtu.be/QiqPcg83YcI)
«La actitud de estos funcionarios de la PNB contradice por completo al modelo policial humanista y socialista que requiere nuestra Revolución», dijo el ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Miguel Rodríguez, en un mensaje en Twitter.
En Venezuela los asesinatos y los robos a mano amada son comunes. En los últimos cinco años han sido asesinadas más personas por el crimen que en la guerra contra el narcotráfico en México.
El Gobierno ha dicho que cree que cerca de un quinto de todos los delitos son cometidos por los miembros de los cuerpos de seguridad.
Mejor equipados y supuestamente más capacitados para enfrentar el crimen, incluso en derechos humanos, la PNB intenta romper con la mala imagen en que cayó la disuelta Policía Metropolitana de Caracas, que estuvo relacionada con delitos como homicidio, secuestro y extorsión.
Los expertos dicen que el problema del crimen tiene sus raíces en un sistema disfuncional de justicia, las cárceles controladas por pandillas y las malas condiciones de trabajo de la policía.