Luego de la contingencia vivida la semana pasada con los malos olores que habían invadido el área de laboratorios del Hospital Central Antonio María Pineda, ayer en horas de la mañana fue reactivado el servicio.
Los aires acondicionados que aún no habían sido instalados comenzaron a funcionar, mientras que los bioanalistas volvieron para continuar sus labores.
Los nueve mil litros restantes de agua estancada que aún permanecían en el sótano fueron removidos por el personal de infraestructura del Hcamp, cumpliendo así con la remoción de 900 mil litros de aguas negras que se habían quedado represadas en esta área, luego de la rotura de un tapón de registro.
Yudith Sánchez, coordinadora del servicio de laboratorio, destacó que luego de la contingencia lograron regresar a su área, sin los malos olores y con una nueva pintura en las paredes que fue colocada por personal del hospital.
Aunque el servicio no está funcionando a plenitud, debido a que la paralización de los equipos ocasionó que se descalibraran y es necesario un control técnico para volver a ser utilizados.
“Hoy vendrán los técnicos para la calibración y desde el lunes en la tarde se comenzó con la química, electrolitos, hematología y coagulación”.
Alrededor de cuatro mil pacientes se atienden mensualmente en el servicio de laboratorio, de los cuales la mayoría son de emergencia, mientras que 400 son de área quirúrgica; es decir unos 500 pacientes diarios de ambos servicios.
Actualmente, no se puede ofrecer servicio a los demás usuarios del centro asistencial, debido a la carencia de personal bioanalista para realizar la cantidad de pruebas que se necesitan para cubrir la demanda de pacientes en consultas que son recibidos dentro del Hospital Central.
“Muchos han salido desincorporados y no hay nuevos ingresos de personal. Además, hay muchos que no vienen porque los sueldos en la parte privada son más atractivos que los del sistema público”.
En este servicio se mantienen cuatro bioanalistas. Los equipos fueron renovados hace poco tiempo, cuando la Gobernación de Lara remodeló el servicio de laboratorio.
“Lo que necesitamos realmente es el recurso humano para poder ofrecer mayor cantidad de exámenes a los pacientes”.
También las fallas eléctricas están siendo solventadas y en los próximos días serán instalados los aires acondicionados restantes en las áreas en donde sea necesario.
Por segunda vez en el año se paralizó este servicio, debido a el mal olor de las cloacas del sótano que se colaban por los ductos del aire acondicionado.
Fueron trasladados al segundo piso del área, para poder continuar con las labores a medias, hasta que fue solventada la situación y las cloacas fueron finalmente filtradas.