“El gobierno no necesita una Ley Habilitante para combatir la corrupción en nuestro país. La corrupción se ataca con mano dura, investigando por igual a todos los corruptos que se encuentran dentro del Gobierno nacional, y a los que hubiere dentro de las filas de la oposición”.
La aseveración corresponde a Juan Israel Arévalo, presidente juvenil de Copei en el estado Lara, quien además señaló que, de aprobarse el instrumento legal solicitado por el presidente Nicolás Maduro, “no sería para hacer leyes anticorrrupción, sino más bien ‘antioposición’”.
“Se dedicarían a perseguir a quienes pensamos distinto, a través de diversos mecanismos, como por ejemplo allanar la inmunidad parlamentaria a los diputados de la Unidad. Es por ello que están buscando esa Habilitante desesperadamente, por todos los medios posibles”.
El dirigente de la tolda verde considera que “el presidente Nicolás Maduro busca arrinconar a la oposición y a algunos enemigos internos dentro del PSUV, mientras que a su gente los protege, como si fuesen niños chiquitos con una aureola”.
“Además, se nos pretende colocar una venda en los ojos a los venezolanos, a fin de desviar la atención de temas graves, como la crisis económica y la inseguridad que golpean a nuestro país. Cabe recordar que la nación tiene en este momento una enorme deuda externa. El mismo Gobierno no sabe de dónde sacar recursos para poder honrarla”, indicó.
Recordó que “cuando estuvo Guaicaipuro Lameda, dijo que había tenido la oportunidad de conocer a Fidel Castro, y que el jefe de la Revolución cubana les dijo, a manera de instrucción, que mantuviesen ocupados a los venezolanos, tal y como él mantenía ocupada a su gente en la isla, a fin de distraerlos de los verdaderos problemas”.
“Es por ello que el Presidente comete reiteradamente imprudencias y actos bochornosos. Que se caiga de una bicicleta, diga libros y libras, es parte de un guión premeditado. Es imposible que una persona, por más inculta que sea, cometa los errores verbales que vemos casi a diario en el Presidente. Obviamente, lo hace adrede para mantenernos distraídos haciendo chistes de él”.
A juicio de Arévalo, “Nicolás Maduro no es quien manda en Venezuela. Él no es otra cosa que un títere manejado desde Cuba por los hermanos Castro. A diferencia de Hugo Chávez, quien a pesar de todo era un líder con convicciones propias, y no iba a permitir una injerencia tan descarada en los asuntos de la nación”.