La aplicación de las tecnologías de información y comunicación (TIC) en el escenario educativo representa una necesidad innegable, al punto de que muchos países con un mayor nivel de desarrollo tecnológico han dejado en el recuerdo el uso de herramientas como la tiza y el pizarrón.
Sin embargo, existe el tema, se mantiene en el debate entre quienes se empeñan en evaluar sus ventajas y desventajas, como el profesor José Rafael Rodríguez Requena, del Instituto Pedagógico de Maracay (UPEL-IPM), quien elaboró un ensayo titulado “TIC, TIC, TIC… ¡¡¡BOOM!!!: Lo bueno y lo malo de la explosión tecnológica”, publicado en la revista Educare del Pedagógico de Barquisimeto.
La publicación se divide en dos partes, en la primera denominada “Mirando el lado bueno” se mencionan algunos de los factores favorables que el uso de la tecnología aporta en la educación; en la segunda parte, “Mirando el lado malo”, se ubican comentarios críticos y objetivos sobre los elementos que pudieran ser negativos a la hora de incluir las TIC en un proceso didáctico.
“El trabajo se basa en investigaciones y experiencias presentadas por diversos estudiosos preocupados por el tema, así como en la experiencia en materia tecnológica que poseo. La idea es que quienes lo lean coloquen en la balanza de la justicia a las TIC y creen sus propias conclusiones, de manera que puedan darles un uso en beneficio de la educación y de los involucrados en el proceso”, acota Rodríguez.
Nuevos modelos y procesos
Al adentrarse en los aspectos positivos, el autor señala que la aplicación de las TIC en los procesos educativos permite proponer nuevos modelos y procesos de enseñanza-aprendizaje que promuevan sus bondades y funcionalidades como el acceso a grandes volúmenes de información, la velocidad de procesamiento, el uso de los canales de comunicación y la interacción social entre grupos de individuos.
“Estas características permiten gran efectividad en los procesos científicos avanzados, en actividades de negocio, entre otras. El hecho de que estas herramientas estén sujetas a cambios constantes, hace que el usuario se vea en la necesidad de mantenerse actualizado”.
Respecto a la versatilidad de la internet como herramienta de apoyo a la educación, Requena hace referencia a la web 2.0, desarrollada a mediados de 2004 como respuesta a las necesidades de los usuarios que encontraban limitaciones con las páginas web estáticas.“Desde ese año se comenzó a presentar una nueva generación del espacio virtual, basado en comunidades de usuarios y una progresión especial de servicios, como las denominadas redes sociales, blogs, wikis, entre otros, donde los contenidos educativos de cualquier índole pueden ser compartidos y/o producidos por los propios usuarios del portal”.
Luego, aparece la web 3.0 conocida también como ‘red semántica’ o ‘web semántica’, que hizo cambiar la forma de ver o entender la internet, con una nueva manera de buscar y encontrar la información mediante la incorporación de contenidos semánticos en la páginas web y el uso de inteligencia artificial, con lo que se puede ser capaz de interpretar e interconectar un número mayor de datos, lo que permitió un avance importante en el campo de la gestión automatizada del conocimiento y un aumento sustancial de la interoperatividad entre los sistemas informáticos, con lo que se reduce la mediación de operadores humanos.
Rodríguez Requena cita a Cabero (2007) para mencionar los aportes de la web 2.0 en el plano educativo y destaca sus posibilidades interactivas, las cuales han permitido que el control de la comunicación, y en cierta medida el del acto didáctico, se esté desplazando hacia el receptor, quien determinará tanto el momento como la modalidad de uso. “La calidad del aprendizaje va depender de la calidad de interacción que se establezca entre el alumno y otros alumnos, o el alumno y el profesor, sea éste personal o mediático”.
Otros autores como Palomo, Ruiz y Sánchez (2006) sostienen que el alumnado pasa a desempeñar un papel activo en su formación, dejando de ser receptores de información y convirtiéndose en protagonistas de dicho proceso y en constructores de su conocimiento, dado que deben tratar la información que obtienen, contrastar datos y comparar las fuentes, con lo cual logran un aprendizaje más significativo.
Entre las ventajas también destaca el hecho de poder combinar de manera fácil materias diferentes mediante una actividad interdisciplinar que ayuda a fomentar la globalización de las cátedras como un conjunto relacionado y no como independientes. De igual manera, la elaboración de materiales individuales y grupales pueden ser compartidos y sometidos a los comentarios de los lectores, lo que se suma a la oferta de los espacios virtuales en línea que están disponibles para el almacenamiento, clasificación, publicación y difusión de contenidos textuales y audiovisuales, a los que todos pueden acceder y colaborar en la elaboración y distribución compartida de los recursos.
También se pueden realizar nuevas actividades de aprendizaje y evaluación, crear redes educativas, desarrollar y mejorar las competencias digitales, lo cual permite entornos para el desarrollo de redes de centros y profesores.
Interacción y comunicación
“Al analizar el aporte de los investigadores se puede afirmar que la internet ha estimulado la interacción entre profesores y alumnos, gracias a la utilización de los canales de comunicación que proporciona, facilitando el contacto entre ellos y estimulando las preguntas, dudas, debates, el compartir de ideas y el intercambio de recursos”, señala Rodríguez.
El uso de las TIC ha incrementado el interés y motivación por parte de los educando, dando paso a la creatividad y al libre pensamiento. “Esa motivación hace que los estudiantes dediquen más tiempo a trabajar en pro de su aprendizaje, lo cual propicia el desarrollo intelectual gracias a la toma de decisiones ante las diversas situaciones presentadas por los programas o software especializados.
Por otro lado, las TIC favorecen la actualización profesional mediante los estudios de posgrado a distancia y otros recursos en línea que pueden contribuir a mejorar las competencias profesionales del docente. En este punto, cabe mencionar la educación a distancia, diseñada bajo el enfoque constructivista y colaborativo, que contribuyen al desarrollo de la autonomía en los estudiantes y una mediación más efectiva por parte de los docentes, gracias a los procesos de interacción, investigación, intercambio, evaluación y planificación.
Según el autor, los escenarios educativos mediados por la tecnología requieren, para un mejor aprovechamiento, que docentes y estudiantes tengan competencias tecnológicas sobre el manejo y operación de las TIC, herramientas que promueven una gestión del conocimiento que implica una generación de una nueva cultura dentro de las organizaciones.