Vuelos comerciales y militares empezaron a evacuar este martes a los miles de turistas varados en Acapulco por las fuertes tormentas que azotan a México, donde hubo al menos 47 muertos por la inusual combinación de dos ciclones que aún amenazan con causar más daños.
La emergencia prosigue en buena parte de México por las lluvias, inundaciones y destrozos generados desde ambas costas mexicanas por Ingrid y Manuel, de los que apenas quedaban remanentes hasta que este último fenómeno se fortaleció en la tarde del martes a depresión tropical.
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, elevó el balance oficial de muertos en el país hasta al menos 47, aunque según reportes de autoridades locales suman más de 48. La cancillería señaló que no hay extranjeros entre los fallecidos.
En el balneario de Acapulco (Océano Pacífico), que sigue prácticamente incomunicado y ha registrado varios saqueos a comercios, tres aerolíneas comerciales fletaron vuelos especiales con unos centenares de varados desde su aeropuerto internacional, que fue cerrado el fin de semana por las inundaciones sufridas en la terminal.
Aparatos de las Fuerzas Armadas también despegaron desde una base militar próxima trasladando a visitantes.
Equipos de rescate siguen tratando de retirar los derrumbes caídos en las dos carreteras por las que arriban a Acapulco numerosos turistas desde Ciudad de México (a unos 390 km), que no serán habilitadas al menos hasta el miércoles.
Con la esperanza de encontrar un espacio en los vuelos, unos 2.000 turistas, la mayoría mexicanos, aguardaban este martes en un centro de espectáculos de Acapulco habilitado como área para que las aerolíneas organicen los turnos de salida y también como refugio para los que no podían o querían seguir costeándose un hotel.
Valentín Mario Calderón fue uno de los visitantes que logró obtener boletos para partir junto a su esposa y tres sobrinos con los que llegó para aprovechar el puente por el feriado del lunes en este legendario puerto, que hace décadas era el destino favorito de muchas estrellas de Hollywood pero que ahora es una de las ciudades más violentas del país por las pugnas entre cárteles del narcotráfico.
«Desde la madrugada del sábado ya no se veía nada hacia el mar. Había mucho viento, las ventanas del cuarto se azotaban. El domingo cayó una tromba y pensamos que venía un tsunami y pues nos encomendamos a la fe de Dios», relató Calderón en llanto a la AFP.
Más de la mitad de Acapulco (680.000 habitantes) sigue inundado tras cuatro días consecutivos de tormentas, aunque este martes ya únicamente llovió de forma intermitente. Algunos habitantes seguían resguardados en los techos de sus viviendas y la policía dijo haber rescatado con helicópteros a más de 200 personas.
Las zonas más castigadas del balneario se encuentran en la empobrecida periferia y en el área hotelera de Diamante.
En esa última zona, algunos grandes almacenes registraban largas filas para comprar víveres y otros comercios fueron directamente saqueados.
En al menos dos centros comerciales y un local de la cadena Costco, periodistas de la AFP vieron a miles de personas llevándose comida, refrigeradores, televisores e incluso colchones con el agua por la cintura por la inundación y frente a varias patrullas policiales que observaban la escena.
«Llevamos comida para nuestros hijos, no hay nada que comer», dijo una mujer que cargaba varias bolsas llenas de productos.
Sigue alerta por más tormentas
Desde 1958 no afectaban dos ciclones simultáneamente a México desde costas opuestas y en esta ocasión han afectado a dos terceras partes del país.
En la costa Pacífico, Manuel ingresó el sábado como tormenta tropical y se fue debilitando hasta convertirse en un sistema de baja presión.
Sin embargo, este martes volvió a fortalecerse cerca de las costas del estado de Sinaloa (noroeste) y se dirige hacia la costa este de la turística península de Baja California con vientos sostenidos de 75 km/h y rachas de 85 km/h con la posibilidad intensificarse a tormenta tropical en las próximas horas, advirtió el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) en su último reporte.
De su lado, Ingrid, que era huracán categoría 1 antes de impactar el lunes la costa del Golfo de México, se fue debilitando hasta empezar a disiparse en la madrugada de este martes, pero sus remanentes aún cubren regiones del noreste, norte y centro de México.
Además, el SMN alerta de otro fenómeno de baja presión ubicado cerca de la península de Yucatán (este) que puede convertirse próximamente en ciclón.
En México, sigue habiendo 39.000 personas evacuadas, un centenar de arroyos o ríos desbordados y 91 carreteras dañadas por las tormentas, resumió el secretario Osorio Chong a la emisora Radio Fórmula.
El estado más dañado hasta el momento es Guerrero, al que pertenece Acapulco, donde 49 municipios fueron afectados, unas 20.000 personas evacuadas y cerca de 238.000 habitantes damnificados, según autoridades.
El secretario (ministro) de Hacienda, Luis Videgaray, dijo que no existe un cálculo de las pérdidas materiales por las tormentas pero comprometió la ayuda del gobierno. Tan solo en Guerrero, el gobernador Ángel Aguirre estimó que los daños ascenderán a cerca de 380 millones de dólares.