El proyecto escénico musical La graciosa sandunga, auspiciado por la Fundación Bigott recreó distintos momentos y atmósferas de los bailes de salón venezolanos del siglo XIX bajo la dirección artística de Omar Orozco; escénica de Orlando Arocha y musical de Bartolomé Díaz, todos bajo la asesoría de Juan Francisco Sans.
Sobre las tablas del Juares cobró vida una puesta en escena alusiva a los salones del siglo XIX, lugar en el que las damas conseguían marido y los caballeros hablaban de política.
Los trajes y los hermosos vestidos fueron los primeros elementos cautivadores del espectáculo que se realizó a partir del libro La graciosa Sandunga, un cuaderno de piezas de bailes del siglo XIX recopilado por Pablo Hilario Giménez.
La música y las actuaciones se colaron igualmente por los sentidos de los espectadores, quienes apreciaron detenidamente distintos géneros dancísticos, como el valse y la contradanza.
Las actuaciones del cuerpo de baile y actores también aderezaron el extraordinario espectáculo, despertando músicas y bailes que parecen dormir por estos días.
Esta fantasía dancística condensa esa suerte de manuscrito que la Fundación Bigott materializó en el libro La graciosa sandunga, un cuaderno inédito de 505 piezas de baile de autores venezolanos proveniente de la localidad de Quíbor, recopilado por Giménez durante la segunda mitad del siglo XIX. La publicación constituye la más grande colección de música de baile de esa época que se haya divulgado hasta la fecha, en una edición crítica en nuestro país.
Este proyecto editorial contiene también un CD Rom y un CD de audio. El CD Rom contiene la versión digital facsimilar de 184 páginas del manuscrito, así como el aparato crítico con el detalle de las ediciones hechas a la partitura y el CD de audio ofrece una muy cuidada y virtuosa interpretación de una selección del repertorio del cuaderno a cargo de Décimo Nónico.