Una ola de atentados con coches bomba y otros ataques mataron al menos a 58 personas el domingo, muchos en poblaciones de mayoría chií, otro sangriento recordatorio de la incapacidad del gobierno para frenar la ola de Violencia que está alimentando las tensiones sectarias.
Irak está experimentando su peor ola de violencia mortífera desde 2008, aumentando los temores de que el país está regresando a un período de matanza generalizada como la que la acercó al borde de la guerra civil después de la invasión liderada por Estados Unidos, de 2003.
El ataque más mortífero ocurrió en la ciudad de Hillah, 95 kilómetros (60 millas) al sur de Bagdad, donde un carro bomba cerca de un mercado al aire libre y un estacionamiento mató a nueve civiles e hirió a otros 15, dijo un policía. Minutos después, otro coche bomba estalló cerca, matando a seis civiles e hiriendo a 14, dijo la policía.
En la cercana población de Iskandariyah, 50 kilómetros (30 millas) al sur de la capital, otro coche bomba estalló en un estacionamiento, matando cuatro civiles e hiriendo a nueve, dijo la policía.
Otro vehículo cargado de explosivos explotó en una zona industrial de la ciudad chií de Karbala, matando a cinco e hiriendo a 25, dijo un agente. Karbala está a 80 kilómetros (50 millas) al sur de Bagdad. Después, los funcionarios de seguridad examinaron los vehículos calcinados frente a lo que pareció ser una fila de talleres destrozados.
En Kut, otra población chií a 160 kilómetros (100 millas) al sudeste de Bagdad, un vehículo con explosivos fue detonado junto a un grupo de albañiles y puestos de comida, matando a dos personas e hiriendo a 14, dijo otro agente.
Otros siete civiles murieron y 31 fueron heridos cuando cuatro coches bombas estallaron en Suwayrah y Hafriyah, en las afueras de Kut, dijo la policía.
En Bagdad, en el barrio norteño suní de Azamiyah, un coche bomba que estalló cerca del convoy del presidente del consejo provincial de Bagdad mató a tres e hirió a ocho, dijo la policía. El funcionario escapó ileso.
Otros dos coches bomba estallaron en las ciudades meridionales de Basora y Nasiriya, matando a ocho civiles e hiriendo a 26, dijeron dos agentes.
Nadie se atribuyó la responsabilidad de los atentados, pero ese tipo de ataques en cadena es una de las armas de la rama local de al-Qaida, llamada Estado Islámico de Irak, para minar la confianza en el gobierno chií.
En ocasiones los insurgentes lanzan múltiples ataques durante dos días seguidos o más. El sábado, 27 personas murieron en ataques suicidas, atentados y tiroteos.
Foto: AP