Sin tregua – UNA RAYA MÁS…

El Ilegítimo ratificó la medida – inconstitucional, por cierto – de retirar a Venezuela del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Medida que tomó el dictador peruano Fujimori cuando imponía su atropello al resultado electoral y ejecutaba toda clase de abusos. El retiro se hizo efectivo a partir del martes 10 de esta semana que finaliza.
Pues bien, las protestas de las comunidades Mapuches en Chile, tan difundidas y alabadas por la “hegemonía comunicacional” del régimen madurista-cabellista – aunque si ocurrieran en Venezuela serían “plan de sabotaje – encontraron en la Corte y la Comisión de Derechos Humanos un punto de apoyo y amparo ante los dos gobiernos más recientes de Chile. Sin esos órganos autónomos de la O.E.A., su lucha y sus denuncias habrían sido más duras y “cuesta arriba”. Eso a pesar de que en Chile hay un poder judicial con significativa independencia y en todo caso no controlado por el gobierno y el partido de gobierno, al menos si lo comparamos con el de aquí. Y, sin embargo, acudieron a la Corte y a la Comisión de Derechos Humanos para protegerse. En Colombia, no hubo gobierno que recibiera más denuncias, reclamos y sentencias en contra, por parte de los entes protectores de Derechos Humanos en nuestro hemisferio, que el de Álvaro Uribe quien se la pasaba peleándose con ellos.
El argumento al cual ha apelado el régimen se resume en lo que dijo el representante Germán Saltrón: “Que la Corte Interamericana atenta contra la soberanía de Venezuela y es parte de una conspiración”. Es un argumento calcado que usaban Pinochet y otros dictadores militares. La “soberanía” es la excusa favorita de los regímenes militaristas-despóticos para que los dejen perpetrar sus atropellos y que nadie “meta sus narices”. “Que la Corte…nunca hizo nada contra las dictaduras militares de Pinochet y Videla”. Pero justo el 11 de Septiembre de 2009, hace cuatro años, Cristina Kirschner organizó un acto de homenaje a la CIDH en el tristemente celebre cuartel del ESMA donde se torturaba cuando Videla. Y lo hizo por el papel magnífico jugado por esa corte en aquellos aciagos días. En meses más recientes, la señora Kirschner cambió y repudió la corte por las denuncias actuales contra su gobierno por los ataques a la libertad de expresión y otras cosillas.
Quien no la debe no la teme. Retirarme del Sistema Interamericano de Derechos Humanos es una confesión. Aunque se busquen excusas como la “soberanía” el gobierno está consciente de cuantos atropellos comete constantemente contra los derechos humanos. Léase derechos sindicales, populares, políticos, criminalización de la opinión disidente, de las luchas sociales, judalización de la política, la libertad de expresión y comunicación y quiere tener más impunidad de la que ya tiene para seguir atropellando. Le quiere arrebatar ese espacio de lucha y amparo a los venezolanos.
Retirarse de la CIDH es una nueva violación de la Constitución Nacional vigente: Artículo 31: “Toda persona tiene derecho, en los términos establecidos por los tratados, pactos y convenciones sobre derechos humanos ratificados por la República, a dirigir peticiones o quejas ante los órganos internacionales creados para tales fines, con el objeto de solicitar el amparo a sus derechos humanos. El Estado adoptará las medidas que sean necesarias para dar cumplimiento a las decisiones emanadas por los órganos internacionales”. Otra violación más, pues. Y que es otra raya más “pa´un tigre” dirán los camaradas en trance de perdonavidas. Hoy, sólo los regímenes como Cuba y Venezuela rechazan la jurisdicción del Sistema Interamericano de DDHH en sus naciones.
Saque usted sus propias conclusiones, estimado lector.