Ya es costumbre para los vecinos de la calle La Cruz, quedar literalmente presos dentro de sus hogares desde tempranas horas del día miércoles. Y es que el tradicional mercado que se instala desde hace 40 años en el sector se ha vuelto cada vez más grande y problemático.
Alrededor de mil 200 comerciantes informales se colocan en plena calle, colocan sus tarantines desde la noche del martes para tener todo listo para la jornada semanal, sin tomar en consideración el respeto al derecho de frente de las viviendas y edificios, los garajes y estacionamientos de quienes allí habitan.
Julio Castillo, habitante de las Residencias Caremar, destacó que ya toman sus previsiones los días del mercado y salen de sus casas temprano antes de que se instalen los vendedores, de lo contrario no podrán sacar sus vehículos. Además, para regresar a sus hogares, deben hacerlo a eso de las 7:00 de la noche, una vez que se hayan retirado los buhoneros.
“Nos dejan presos, hay bulla todo el día y al finalizar dejan montañas de basura en la calle. Muchos gobernantes han ofrecido soluciones y ninguno ha cumplido, cada semana el mercado es más grande y los afectados somos los vecinos de la zona”.
Por su parte la señora Consuelo Escalona, destacó que en varias oportunidades se han enfermado vecinos y ha sido imposible la entrada de una ambulancia para dar auxilio.
“En caso de emergencia no podemos hacer nada, no pueden circular los carros por la calle principal, los vecinos están atrapados y la contaminación es impresionante en las tardes cuando se acaba el mercado. Hemos protestado, llevado peticiones y nadie nos hace la caridad de reubicar ese mercado”.
El mercado se extiende por la calle La Cruz abarcando todo el Estadio Terepaima, la derruida Plaza de Los Cultores, hasta las primeras calles de la Urbanización La Mata, invadiendo además hasta los espacios de la Policlínica Cabudare, la Plaza Aquilino Juares, Avenida Libertador y Juan Dios Ponte, arterias que están congestionadas a diario y con la instalación de los comerciantes se vuelve todo un desastre vehicular.
También muchos de los comerciantes de la zona se ven afectados, varios son los locales que se ven atrapados dentro del mercado, sin la posibilidad de recibir a los clientes que llegan en sus vehículos, ese día las ventas se ven perjudicadas.
Los vecinos esperan que el tradicional mercado sea reubicado, en un espacio acorde para albergar a la gran cantidad de comerciantes con sus mercancías, además con las medidas de seguridad adecuadas y las comodidades para el recibimiento de la clientela.
