Allí viene el doctor, afirmó una angustiada mujer con su hijo enfermo al observar por el postigo de la ventana se acercaba caminando el doctor Antonio María Pineda, en medio de la penumbra y la niebla de la medianoche.
Venía solo, con un candil en una mano y en la otra su maletín al estilo del santo médico venezolano José Gregorio Hernández.
Según las crónicas el doctor Pineda, religiosamente visitaba a sus pacientes luego de salir del Hospital de La Caridad. Tampoco cobraba un centavo por sus diligentes consultas.
Nació en Barquisimeto el 27 de septiembre de 1850, y a corta edad se destacó por su inteligencia y curiosidad durante sus estudios de primaria y bachillerato.
Inició su carrera en la Universidad Central de Venezuela y se graduó de Doctor en Medicina en la Universidad de París (Francia) en 1876.
Escrita en francés, su tesis doctoral –“De la hemorragia en la operación de la talla perineal en el hombre”– obtuvo mención especial laudatoria del jurado, un reconocimiento que le permitió revalidar sin exámenes previos su título como médico en Venezuela.
Muy comprometido con sus raíces, desarrolló su carrera en Barquisimeto.
Esculpió un precedente
En esta ciudad practicó –en 1893– la primera craneotomía del país: una cirugía que marcó un precedente en los métodos de exploración clínica.
Además, innovó con técnicas operacionales la tiroidectomía, la histerectomía, la resección de maxilar, la desarticulación de hombro, el labio leporino, la ovariectomía y las ligaduras de arteria femoral.
Creativo y hábil, fabricó mesas operatorias (plegadizas con ingeniosos dispositivos en madera) y sus propios instrumentos quirúrgicos: una sonda vesical, una espátula para extracción de cuerpos extraños vesicales y un teno-neuro-tomo ocular para evitar heridas durante la intervención del nervio óptico.
Creó, además, un termómetro eléctrico conocido en su momento como “termómetro ideal Pineda”.
Hospital de La Caridad
A través de colectas públicas y de su propio peculio, este médico construyó la sede del centro hospitalario para más tarde, en 1878, fundó en Barquisimeto el Hospital la Caridad, institución que dirigió por más de cincuenta años y se convirtió en un gran centro de estudio y experimentación clínica en la época.
La cirugía como pasión
El centro de salud de La Caridad, Pineda desempeña las especialidades de cirugía y obstetricia, practicando innumerables intervenciones quirúrgicas, entre ellas tiroidectomías, histerectomías, tallas perineales e hipogástricas, extirpación de la glándula parótida con resección de la arteria carótida externa, ligadura de la femoral por aneurismas y tumores vecinos, pie Bot, labios leporinos, iridectomías, enucleaciones, cataratas, amputaciones y la primera craneotomía del país, efectuada el 24 de mayo de 1893.
Introduce el primer equipo de Rayos X en el Hospital La Caridad, lo que lo convierte en el precursor de la radiología en el estado Lara. El 22 de noviembre de 1903, recibe mención honorífica por la invención de sus instrumentos de cirugía, en el Primer Concurso Público Industrial del estado Lara.
Desde 1983 es la sede del Museo de Barquisimeto.
Pineda inició sus labores docentes en el Hospital de la Caridad y dictó la cátedra Clínica en el Colegio Federal de Primera Categoría de Barquisimeto. Fue, además, rector del Colegio Nacional de Varones de esa ciudad.
En 1934 la Academia Nacional de Medicina de Venezuela lo designó miembro correspondiente y, en 1939, en su honor, el hospital fue rebautizado con su nombre.
El 5 de octubre de 1941, a las 12:15 de la madrugada, en su residencia de la calle Ayacucho [carrera 18] signada con el número 77, en Barquisimeto, su vida se extingue a los 91 años. Sus restos reposan en la capilla del Hospital Central Universitario Doctor Antonio María Pineda desde el 27 de octubre de 1988.
Prolífico autor
Como director del Hospital de la Caridad, Antonio María Pineda escribió más de cincuenta trabajos sobre medicina, todos divulgados en el Boletín Científico del hospital, cuyo primer número salió a la luz pública el 3 de septiembre de 1888 y que a partir del 1º de enero de 1912 cambia su nombre por Boletín Científico. También publicó más de un centenar de artículos en la prensa. Entre los más destacados se cuentan: “Por la historia de la medicina en el Zulia”, “La epilepsia del Libertador”, “La determinación del sexo” y “Aclaratoria acerca de las craneotomías en Venezuela”.
Fue querido y respetado
Pedro Salom Lizarraga, apuntado por Ceballos, describe al doctor Antonio María Pineda como «… hombre alto, blanco, apuesto, educado, culto, muy jovial y ameno, siempre buscando hacer un chiste, un retruécano o una chanza de lo que acontecía. muy proactivo y positivo para confrontar los problemas. Un hombre dotado de una bondad sin límites. Un médico que no dudó en colocarse al servicio de los más necesitados. Se casa con Flor María Vásquez, formando un hogar que perduraría hasta el final de sus días. Un trabajador incansable y un organizador exitoso. Un hombre con una gran capacidad de liderazgo, que fue querido y respetado por amplios sectores de la población y de las diferentes clases sociales».
Fuente:
• Rafael Antonio Segundo Ceballos, Del Hospital de Caridad al Central de Barquisimeto 1880-1954
• Academia Nacional de Medicina
• Gaceta Médica de Caracas