Para recordar: “Así, los israelitas comieron maná durante 40 años, hasta que entraron en la tierra habitada. Maná comieron hasta que llegaron al límite de Canaá.” (Éxodo 16:35).
Si a alguno le parece que comer maná por cuarentas años es mucho, ¿cuánto tiempo tenemos la mayoría de venezolanos comiendo arepa? ¿Sabía usted que al comer harina pre-cocida, prácticamente comemos bagazo? Ya que le quitan todos los nutrientes, entre ellos el pico, rico en vitaminas y es de dónde sacan el aceite de maíz, y todavía, el pico lo convierten en alimento para los cochinos. Por tal motivo, deberíamos hacer arepas de maíz, con pico y todo, o mezclar la harina con uno o dos de los siguientes ingredientes: afrecho, germen de trigo, linaza, avena o ajonjolí, entre otros.
Antes de jubilarnos, en educación, al inicio de cada año escolar preguntábamos a nuestros estudiantes: ¿Qué tipo de desayuno tomaban? La generalidad respondía: “Un “guarapito” con pan” (del blanco y sin nutrientes). Esa es una de las razones por lo deseamos compartir algunas recetas para el inicio del año escolar.
Pero antes, debemos dar algo de teoría para entender mejor, hasta como hacer milagros en casa, aún, frente a la escasez de alimentos o la falta de recursos monetarios.
Milagro tras milagros fue lo que les sucedió al pueblo de Israel recién salidos de manos de los egipcios y resaltaremos algunos aspectos: 1) Marcharon, algo más de un millón de personas que debían suplir todas sus necesidades. 2) Se vinieron con los hebreos, muchos egipcios y trasmitieron sus costumbres, creencias o vivencias.
4) Aunque, prácticamente no les faltaba nada, pasaron días o años quejándose, pidiéndole a Moisés (indirectamente a Dios) que le diera carne y el Todopoderoso se los facilitó, pero, por la gula de comer codornices y animales permitidos según Levítico 11, muchos se enfermaron y murieron en el desierto. 5) No obstante, cada día durante cuarenta años, Dios les envió “pan del cielo” (maná), algo que les iba a alimentar balanceada y correctamente.
6) También con el maná, Dios demostró que los almacenes y la cocina celestial no trabajan los sábados y por lo tanto, el séptimo día no caía el preciado alimento (pero sí comían de lo que almacenaban el viernes); así les enseñaba a guardar su Ley y a descansar en ese día santo. 7) Para entender mejor todo lo anterior, leer: Éxodo 15,16 y Números 11.
Entonces, ¿cuál es la dieta propuesta por Dios, desde la creación? Comer de todos los árboles que dan semillas y fruto, y solo les prohibió un árbol (ver Génesis 1:29). Después del diluvio, Dios les permitió comer carne; y a todos (actualmente) nos prohíbe comer animales inmundos (Ver: Levítico 11, Isaías 66:17).
Por su parte, Silva, Gregoria (1999), en su recetario, “La buena alimentación en casa…”, señaló: “… para tener una buena salud, se deben consumir alimentos balanceados que proporcionen los nutrientes básicos como son las proteínas, lípidos, carbohidratos, minerales y vitaminas, además de agua y fibra” (p.2).
Quien escribe, ha realizado varios cursos de cocina vegetariana, y como observan no hay espacio para copiar varias recetas, pero en el próximo artículo, Dios mediante y a este prestigioso Diario, compartiremos algunas de ellas. En otras palabras, dividimos en dos: Una parte teórica y la otra “práctica”.
Mientras, se nos publica el otro artículo, les animamos a investigar cómo alimentarse bien: Pueden buscar libros, recetarios, temas relativos a la “buena alimentación” (por Internet), y nos tomamos la libertad de colocar en nuestra página web (escrita debajo de la fotografía) una dirección electrónica de varios videos, de recetas de cocina producidas por el canal de televisión, “Hope TV”.
Insistimos: Dios no se equivocó al enviarle vegetales, frutas y semillas a los primeros seres humanos creados y luego, en el desierto al pueblo Hebreo les dio maná; con ello se aseguró que no hubiese desnutrición y de una forma milagrosa les caía pan del cielo, algo así como: “semilla de cilantro, blanco. Y su sabor como hojuelas con miel” (Éxodo 16:31).
Nos alegra saber que hay una promesa de volver a comer maná, en un futuro cercano, para todo a quien Dios salve, o lleve al cielo (ver, Apocalipsis 2:17). Continuará…
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