El ingreso del joven fallecido Carlos Manuel Álvarez Chávez, de 19 años, a la sala de la urgencia del Ambulatorio de Cabudare, provocó ayer que unos 100 motorizados irrumpieran a las afueras de la emergencia para amedrentar al personal médico.
Los hombres gritaban que se vengarían y matarían al verdugo de Carlos Manuel a quien le dispararon unas veinte veces a las 11:00 de la mañana cuando estaba en la vía principal del sector Primero de Mayo. Los hombres no se retiraron del sitio hasta que llegaron funcionarios del Cicpc, para retirar el cuerpo.
Los detectives fueron al lugar del crimen donde iniciaron las investigaciones, hasta ahora manejan como móvil el ajuste de cuentas.
El personal médico del centro de salud se quejó porque cada vez que ingresan a la emergencia a un tiroteado, llegan grupos de personas en actitud violenta y amenazan con matarlos si muere el herido.
Se quejaron porque en el hospital no hay vigilancia policial por las noches y por eso proliferan los delincuentes.
Aseguraron que los hombres violentos entran a las instalaciones y golpean las paredes y las puertas. “Exigimos seguridad antes que nos maten”.